🍓Capítulo 23🍓

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—Mmghh!— jadeó con fuerza sintiendo su cuerpo rebotar contra la blanda superficie. El alfa lo observó desde arriba, viendo el desastre en el que se estaba convirtiendo el omega. Cabello alborotado, cuerpo sudoroso, respiración agitada y boca entreabierta debido los constantes jadeos y pequeños gemidos que soltaba.

El omega con sus orbes resplandecientes observó como poco a poco los ojos del mayor se tornaban rojizos, señal de que su lobo estaba muy presente. Lloriqueó estirando los brazos para que él se acercara, y este no dispuesto a hacerlo esperar lo hizo, tomando de paso su labio inferior entre sus dientes recibiendo un pequeño quejido. Se apegó lo más que podía besando con parsimonia pero intensamente los abultaditos belfos del menor.

—Eres hermoso...y mío, solo mío— murmuró sobre sus labios, besando su comisura, luego su mejilla, le dió una pequeña mordida a su oreja y pasó a besar su cuello, succionando con fuerza para que dejara marca. Que todos los que vieran al omega se dieran cuenta de que ya tenía dueño.

—Alfa... tómame— dijo pasando sus manos por la espalda del más alto, quitando su camiseta con rapidez, se sentía desesperado, quería calmar las enormes ganas que tenía. —Te quiero dentro, muy dentro— gimió en su oído, terminando con la poca paciencia que tenía el contrario.

—Voy a follarte, omega, voy a follarte como nadie jamás lo ha hecho— expresó clavando sus ojos rojos en los verde esmeralda del más bajo.

Jimin sintió una punzada en su miembro al escuchar las palabras —con la voz extremadamente grave— que había soltado el peligris. Al instante comenzó a lubricar como jamás lo había hecho en su vida, sintiendo como escurría por sus muslos mientras la lengua del contrario se enlazaba con la suya en una danza salvaje y lúbrica.

Se sentía bien, que bien, se sentía extremadamente afortunado por tener un espécimen de alfa como lo era él, encima, mirándolo de forma tan lujuriosa. Se sentía bonito, y deseable, cosa que nunca antes experimentó.

Toda la ropa desapareció en cuestión de minutos mientras seguían entrelazando sus labios, dando pequeñas mordidas y soltando varios jadeos. Embobado se quedó al observar el cuerpo escultural del peligris, era simplemente perfecto, fuerte y musculoso, pero solo lo necesario, sin llegar a exagerar.

Sus manos se vieron aprisionadas por encima de su cabeza por una de las del mayor, que sonrió pasando a succionar sus pezones y darle pequeñas mordiditas con sus dientes, haciéndolo removerse ansioso bajo su cuerpo. Se sentía especialmente sensible en esa parte.

El más alto continuó besando su abdomen, y luego pasó hacia sus muslos, soltando una risita malévola cuando escuchó quejido desesperado que soltó.

Abrió sus piernas observando el agujero rosadito del menor lubricar como si no hubiera mañana. El aroma a fresas seguía intensificándose, maréandolo un poco, pero de la buena manera. Acercó su rostro a la zona, escuchando el grito de placer que soltó el omega cuando de forma lenta y tortuosa pasó su lengua por el anillo de músculos, sintiéndolo removerse bajo su toque con desesperación, lanzando gemidos altos y deleitosos, agarrando la sábanas con fuerza y enroscando los dedos de los pies.

I Don't Care ♡ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora