Cuidado con lo que deseas al apagar una vela, Jungkookie.
Jungkook le había hecho un desplante a Jimin luego de que este le regalara un pastel por su cumpleaños. Enojado por la situación, ofuscado por el calor del momento, el menor pide un deseo y...
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—En-entonces yo... deseé-deseé saber qué tan importante es Jimin en mi vida... y luego apagué las velitas —culminó con la voz chiquita, apenado por admitir lo que había deseado antes de irse a acostar esa misma noche.
El líder contuvo la respiración por unos instantes, procesando las palabras de Jungkookie. En su cabeza de pronto todo comenzaba a cobrar sentido.
Una tarde que tuvo libre, vagando por alguna destartalada biblioteca en una de las partes más calmadas de Seúl, NamJoon había dado con un libro de tradiciones y costumbres alrededor de todo el mundo. Curioso como él solo, decidió sentarse en uno de los escritorios pequeños más alejados de todos y se lo devoró ávidamente. Entre tanta hoja desgastada y amarillenta, se encontraba una pequeña sección dedicada a los cumpleaños y las costumbres que giraban en torno a estos.
El apartado en el cuál se explicaba el porqué se acostumbraba a soplar las velas en un pastel de cumpleaños le brincó a la cabeza en el momento exacto en el que el maknae chiquito les había dicho que estaba allí después de un deseo de cumpleaños esa misma noche más temprano, cuando estaban discutiendo en la cocina.
Y aunque lo dejó postergado en un rinconcito de su basta mente, una vez se sentó en su estudio para hacer aquella investigación, la idea fue creciendo como una bola de nieve cayendo en picada hasta que se convirtió en una avalancha imparable. La física cuántica de la cuál había investigado tanto, no le sirvió de absolutamente nada. Isaac Newton no le había ayudado para entender las razones detrás de un posible viaje en el tiempo, sin embargo, aquella parte de la mitología alemana había dado justo en el clavo.
Pocas veces había hecho uso de la fe divina, pero en aquella ocasión tuvo que hacerle caso.
Más que un castigo divino, Nam sentía que era un tipo de misión. Jungkookie estaba allí para cumplir con su deseo. Estaba ubicado en ese tiempo y espacio para experimentar de primera mano la importancia de Jimin en su vida y lo entendía justo en ese momento.
—Creo que... Jungkookie... estás aquí para cumplir una misión —soltó el líder, dejando escapar el aire que había contenido en sus pulmones mientras pensaba en la situación. Decirle así era la manera más simple de resumir lo que el chico tenía que hacer en ese lugar. Había llegado a 2021 para aprender una lección.
—¿Una misión? —preguntó el niño con ojos de Bambi. Su ceño fruncido hizo que el líder de la banda se riera levemente. Jeon fue muy bonito. Cuando niño había sido muy tierno y de hecho su rostro no había cambiado mucho hasta tiempos recientes, cuando de verdad se podía ver la madurez de edad en su cara. Aunque para Joon, Kook seguía siendo su hermano más pequeño así tuviera mil tatuajes y cientos de perforaciones.
—Efectivamente. Una misión que tiene que ver con el deseo que hiciste —explicó.
—Pero... ¿Qué misión es?
—¿Qué deseaste? —le cuestionó el mayor, tratando de que se contestara a sí mismo.
—S-saber si Jimin hyung era importante en mi vida —repitió el chico.