Cuidado con lo que deseas al apagar una vela, Jungkookie.
Jungkook le había hecho un desplante a Jimin luego de que este le regalara un pastel por su cumpleaños. Enojado por la situación, ofuscado por el calor del momento, el menor pide un deseo y...
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Sintió como el agua tibia se llevaba con ella toda la pesadez que le cubría el cuerpo. Había ensayado por horas enteras y luego todavía se sentó por casi tres horas allí frente a una cámara para transmitir, estaba molido, lo que se decía molido en todo su esplendor. Sus músculos no daban para más y ni siquiera sabía de donde demonios estaba sacando las fuerzas para estar parado allí bajo la regadera.
Llevar una vida de idol no era fácil, pero a su vez, no sabía otra cosa que conociera más que eso. De entre varias cosas, Jimin era quien le mantenía con los pies en la tierra y con la cabeza cuerda cuando la situación se ponía pesada. A pesar de que Jimin formaba parte de su mismo círculo profesional, este también formaba parte de su círculo personal. Jiminnie era compañero, amigo, hermano, pareja. Estaba presente en cada aspecto de su vida y, sinceramente, no podía sentirse más afortunado por aquello. Representaba un puente entre sus dos personalidades: JungKook y Jeongguk, lo que a su vez, le hacía sentir que ambas vidas eran una sola y no había porqué sobre poner una sobre la otra.
Se giró para que el agua cayera directamente sobre su espalda para que borrara el rastro de espuma de baño que todavía quedaba allí. Estuvo a punto de ponerse el exfoliante corporal aún cuando le estaba costando horrores quedarse parado, pero no pudo ser porque un grito le sacó de la quietud de su ducha.
—¡Ju-Jungooooook! —la voz aguda del mayor rompió el silencio, haciendo que Jeon activara su modo de combate automáticamente. Ni siquiera lo pensó dos veces y fue lo suficiente consciente para cerrar la llave del agua para salir y enfundarse lo primero que vio: sus bóxeres limpios. Salió escurriendo en agua y corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron y así entró a la habitación dando un portazo a la puerta.
Encendió las luces, tomándose un momento para adecuar la vista después del brusco cambio de iluminación. Luego de eso no le tomó mucho encontrar a su novio. Lo encontró tirado en el piso, con los pies todavía arriba de la cama y la espalda en el suelo, enredado entre las sábanas, hecho un revoltijo.
Jeon se apresuró hacia él para ayudarle a levantarse; le desenredó los pies y le tomó de los brazos para ponerle de pie.
—¿Qué pasó, Minnie? —preguntó el menor, peinándole los alborotados cabellos negros hacia atrás, pues con la caída habían terminado demasiado revueltos. Observó el bonito rostro de su pareja, el cual expresaba incredulidad.
—S-si tu eres real... si tú estás a-aquí...
—Ji, ¿qué pasa? —Jeon preguntó empezando a sentirse angustiado. La mirada desenfocada del otro le empezó a preocupar. ¿Era un episodio de sonambulismo?
—Es un fallo de la simulación, eso tiene que ser. Tae tenía razón... —murmuró Park con la voz muy queda, maquinando cualquier posible explicación.
—¡Te dije que Taehyung es mala influencia para ti! —Jeon regañó con voz baja. A veces Taehyung era demasiado curioso, hablando de sus teorías extrañas. Que Jimin pasara mucho tiempo con él solo causaba que estuviera hablando sobre aliens, simulaciones, levantamientos y demás. Definitivamente no dejaría que pasaran más madrugadas en vela juntos...
