Capítulo 27

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Termino el día laboral, Alejandra no busco a Ana para irse a casa, solo le envío un mensaje de que se verían allá en la noche, al llegar a casa vio a su madre que estaba en la cocina.

C: Hola, hija... ¿Cómo te fue hoy?

Ale: Bien... Estoy un poco cansada pero nada más. - se sentó en la barra para mirar que hacía su mamá.

C: ¿Quieres que te prepare algo de cenar?

Ale: Un sandwich... Como lo que me mandas con Ana siempre que no desayuno aquí.

C: No se de que hablas... Hija yo nunca te he enviado nada porque tu dices que desayunaras allá.

Ale: sí, siempre te digo eso pero tu me mandas desayuno.

C: Pues no... Si he visto a Ana prepararse todos los días sandwich y una malteada pero siempre creí que eran para ella.

Ale: Que raro - se quedó pensando,  desde que tiene memoria Ana le ha preparado el desayuno y ella apenas se entero.

C: Vez... Ana es una gran mujer solo tienes que darte la oportunidad de conocerla para que sean amigas y quizás hasta se vean como hermanas.-le entrego el sandwich.

Ale: Eso no va a pasar mamá... Podremos llevarnos bien pero yo nunca la veré como una hermana.

C: Bueno con que se lleven bien me conformo ahora cena para que descanses.

Al salir de la cocina Ale se quedo comiendo y pensando en que Ana siempre ha sido linda con ella aún cuando se la vivían peleando, porque no se dio cuenta antes, necesitaba decirle que estaba perdidamente enamorada de ella, quería ir corriendo a la habitación de su hermanastra y demostrarle el amor que sentía por ella, para su desgracia tenía que esperar a que sus padres se durmieran para colarse a la habitación.

Ana había estado tan ocupada que no tuvo tiempo de ver a Ale, se sentía culpable porque la extrañaba tanto al menos esa noche Alejandra dormiría en su habitación, la espera era eterna deseaba poder abrazarla y besarla.

Al entrar a la habitación Alejandra vio a Ana sentada leyendo algo en su celular cuando alzó la mirada le sonrió y hasta noto cierto brillo en lo ojos que la hizo suspirar, cerró con seguro la puerta y fue caminando lentamente hacia la cama, estaba un poco nerviosa, subió gateando lentamente en la cama para sentarse ahorcados en ella, Ana se sorprendió pero no la apartó solo acarició si cadera, no podía dejar de mirarla.

Ale: Hola... Gracias - le dio un ligero beso en los labios y la abrazo.

Ana: ¿Porque me das las gracias? - Preguntó sorprendida.

Ale: Por ser tan linda, ya me enteré que mamá nunca me envió ningún desayuno y siempre has sido tú.

Ana: pensé que nunca me ibas a descubrir. - le acarició el rostro.

Ale: Porque lo hacías pensé que me odiabas.

Ana: lo hacía porque tu eras capaz de desayunar muy tarde.. No debes mal pasarte... Ale quiero que sepas que  yo nunca te odie no voy a negar que tenia sentimientos encontrados pero siempre has sido importante para mí - la abrazo.

Ale: Ana... Yo... No puedo seguir sin decirte que estoy perdidamente enamorada de tí... Es por eso que quiero dar el siguiente paso. - se quito la blusa que traía

Ana: Ale yo... - no termino de hablar.

Ale: Ana... Quiero ser tuya en cuerpo y alma... Porque Te amo - la beso suave, demostrando el amor que sentía Por ella, le encantaba disfrutar del momento sentir los suaves labios de Ana.

El beso empezó a subir de intensidad Ale sabía que a Ana la encendía cuando ella empezaba a frotarse sobre su miembro porque a ella la enloquecida igual.

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