Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que Andábamos para encontrarnos.
- Julio Cortázar-Aishe estaba saliendo de su trabajo más tarde de lo normal. Su negro hijab se sacudía con el viento. Hacía bastante frío y había mucha gente en los bares, sobre todo viejos borrachos. Como odiaba a los borrachos, a esos que te gritan al pasar y se enfadan cuando les respondes algo. Aishe giro hacía una esquina y se cruzó con tres de esos borrachos que la rodearon rápidamente y se empezaron a acercar.
- Anda, quítate eso de la cabeza mujer.- dijo el más alto de todos, dando un paso hacia delante mientras que Aishe daba dos hacia atrás, hasta chocarse con la pared- No te escondas, queremos ver lo que escondes debajo de toda esa ropa- Dijo uno siendo apoyado por la risa de sus amigos y empezó a acercarse más.
- Anda, ven aquí. - dijo otro mientras que sacaba una navaja que tenía en el bolsillo de un roido pantalón.
- Déjenla en paz. - Como si fuera un superhéroe, un príncipe para salvar a la princesa de su torre, apareció él. Un chico alto y robusto, vestido con un traje completamente negro, se acerco a los tres "hombres". Cuando la farola le alumbró la cara, Aishe pudo ver que tenía perilla, ojos marrones y cejas pobladas. Al darse cuenta que lo estaba mirando, bajo la mirada rápidamente.
-¿ De que vas? ¿Vienes a hacerte el héroe? - Dijo uno de los tres sacando la navaja y mostrandosela.
- No me hagas reír - dijo el misterioso hombre con una media sonrisa en la cara,sacando una pistola del pantalón. Los "hombres" rápidamente levantaron los brazos.- Váyanse antes de que me arrepienta.
Se fueron corriendo asustados, el hombre se acerco un poco a Aishe, sin levantar la mirada hacía ella.
- Muchas gracias...- le dijo la chica, que a pesar de estar agradecida tenía miedo por la pistola que llevaba en la mano el hombre.
- Suleiman, así me llamo pero no me des las gracias. - dijo él, estaba saliendo del callejón cuando escuchó las voces de sus perseguidores.
- ¿Donde está? Busquen por cada rincón , ¡Lo quiero muerto! - Gritaba un hombre. Suleiman se dio la vuelta rápidamente, ya estaban ahí, al verlo salieron corriendo tras de él. Suleiman corría hacia su moto con Aishe detrás sin entender nada, pero sabía que tenía que correr.
- ¿Que pasa? ¿Quienes son? ¿Porque te buscan? - gritaba la chica con la respiración entrecortada por el esfuerzo físico.
- No hay tiempo, sube a la moto. - le dijo Suleiman , estresado por la situación.
- No subiré con alguien que podría ser un criminal.
- Si no quieres que te maten, sube a la moto. No te haré nada, te lo juro por Allah.- Le dijo él ya sentado, ella se sentó rápidamente y arrancó a una velocidad increíble. Los hombres que los perseguían lo hicieron por unos minutos más pero al final los perdieron de rastro.
- Ahora respóndeme ¿Quienes eran y porque te querían muerto?
- Son una mafia y yo soy un espía que sabe uno de sus secretos más oscuros. Me quieren muerto porque tengo pruebas de quienes son y que es lo que hacen. - hizo una pausa para tomar aire- Creo que son ellos los que secuestraron a mi hermana...
- Lo siento muchísimo, que Allah le ayude .- dijo la chica que ahora entendía lo que estaba pasando ahí pero seguía teniendo dudas.
- Inshallah.- hizo una pausa para ver si la chica decía algo más. - puedes seguir preguntando.
- ¿Porque llevas pistola y para quien trabajas?
- La llevo para autodefensa. Y no trabajo para nadie, lo hago por mi cuenta. Aveces puedo hacer tratos con agencias de espías porque me piden algún que otro trabajo que me viene bien.
- Entiendo.
- ¿Donde vives? - al ver que la chica no respondía tuvo que aclarar.- Es para llevarte a casa.
- Vivo al lado de la mezquita Fazl. - El chico cambio de dirección rápidamente y por la velocidad Aishe soltó un suspiro de miedo.
- No tengas miedo, no te va a pasar nada. - hizo una pausa para más dramatismo.- Conmigo.
- Que egocéntrico.- La moto paro y la chica se bajó.- Gracias por ayudarme antes.
- Cuántas veces hay que repetirte que no hace falta que me agradezcas. Pero ya qué insistes , me debes una.- Aishe otra vez sin querer volvió a mirarlo.
- Te debo una. - dijo ella bajando la mirada. Se dio la vuelta con una media sonrisa en la cara y se fue a su casa. Rezo salat al isha y se fue a acostarse. Antes de dormirse no pudo parar de pensar en que se encontró con una persona muy extraña, lo que Aishe no sabía que no iba a ser su único encuentro.
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Muchas gracias por leer y apoyar está historia. Nos vemos en el siguiente capítulo,
Alyssa
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¿Serás Tú Mi Maktub? Aishe Y Suleiman
Romance"Y os creamos en parejas" [78:8] Una tarde en un callejón oscuro, Aishe estaba siendo acosada luego de volver del trabajo y Suleiman se ve obligado a ayudarle, sabiendo que la vida de los dos estaría en riesgo, huyen pensando que sería su último en...