Capítulo 2 - Noticias

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Ana caminaba por las calles de la ciudad con la mente en un torbellino. Había asistido al evento de moda con Carmen, y este había ido mejor de lo que esperaba. A ver, si había recibido constantes miradas de desaprobación, probablemente por su talla, pero su mente estaba ocupada con la tarjeta que Sofía le había dado. Era su oportunidad para hacer lo que siempre había querido.

En cuanto llego a su piso decidió mandarles un whatsapp a sus amigas. Eso había que celebrarlo. Aún no la habían cogido en el trabajo, pero a nadie hace daño una fiesta. Además así Ana estaría más tranquila durante el fin de semana. En cuanto llegara el lunes llamaría a Sofía.

Tras unos cuantos mensajes, Ana y sus amigas quedaron en salir al cine. Luego irían a cenar y ya verían lo que les deparaba la noche. Tras concretar que quedarían a las seis y media de la tarde, Ana se fue a dormir.

El despertador sonó, antes de ir con sus amigas, Ana iba a ir a visitar a sus padres, que vivían muy cerca de Madrid. Se puso ropa cómoda, unos leggins y una camiseta holgada y se montó en su coche. No le hacía demasiada ilusión ir a ver a su madre. Esta siempre estaba metiendose con el cuerpo de Ana. Sabia que lo hacía porque la quería, pero siempre se iba con muy mal sabor de boca después de visitarlos.

En cuanto aparcó el coche delante de su casa, su perro salió corriendo a saludarla. Lo amaba mucho. Le hacía sentirse feliz y querida. Acto seguido salió su madre por la puerta.

– Hola cariño, ¿cómo estás? – dijo María la madre de Ana mirándola de arriba a abajo.

– Muy bien mamá, tengo noticias que contaros. ¿Dónde está papá? – contestó Ana, mientras seguía acariciando a su perrito.

– Pues está detrás en el jardín, arreglando las plantas. ¿Y qué es eso que nos tienes que contar? ¿Te has echado novio?– dijo María con un tono divertido.

– No mamá, tiene que ver con el trabajo. – contestó Ana, y la cara de su madre se transformó en una cara de pena.

Siempre pasaba igual, a su madre solo le importaba que Ana perdiera kilos y encontrara a un hombre con el que formar una familia. Por supuesto ambas cosas iban de la mano, porque los hombres no se iban a fijar en alguien como ella.

– Claro cielo, seguro que es importante. Pero, cuéntame, ¿qué tal te va en el gimnasio? ¿Sigues yendo con tu amiga Carmen? Uy esa chica, menudo cuerpo tiene, a ver si te da el truco– dijo María suspirando.

– Si mamá, sigo yendo al gimnasio. Vamos detrás y os cuento las novedades a los dos a la vez– dijo Ana con un tono complaciente.

Tras un buen rato charlando con sus padres, contándoles lo que había sucedido en el evento de moda y jugando con su perro, Ana se volvió a Madrid. Tenía que prepararse para salir con sus amigas y si no no le daría tiempo.

Curvas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora