Capítulo 9- Encuentros y desencuentros

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Ana llegó temprano a la oficina esa mañana, una hora antes de lo habitual. Se detuvo en la puerta principal y respiró profundamente antes de entrar. Era un día importante para ella y quería asegurarse de que todo saliera bien.

Al pasar por la recepción, saludó amablemente a las personas que trabajaban allí y continuó su camino hacia su oficina.

Mientras caminaba por el pasillo, repasó mentalmente los detalles de la reunión que tendría más tarde. Había preparado un informe detallado y quería asegurarse de que todo estuviera en orden.

Cuando llegó a su oficina, dejó su bolso y abrió su portátil. Comenzó a repasar los datos una vez más, mientras bebía su segundo café caliente que había comprado en la cafetería del edificio. Sabía que iba a ser una larga jornada y quería estar completamente preparada para lo que viniera.

"CreativaMente" estaba llena de actividad y emoción. Los empleados se apresuraban a terminar sus tareas y a prepararse para la importante presentación de la empresa de moda. Ana podía sentir la tensión en el aire mientras caminaba por los pasillos, con algunos empleados hablando en voz baja y otros ocupados mirando sus ordenadores.

Cuando llegó a la sala de reuniones, se quedó impresionada por la decoración. La sala estaba decorada con motivos que destacaban la diversidad y la inclusión en la moda. Había un gran panel en una de las paredes en el que se podía ver a una mujer de talla grande rodeada de sus amigas con diferentes cuerpos en bañador en una piscina, sonriendo y disfrutando del momento. En otra pared, había una serie de fotografías de modelos masculinos y femeninos de diferentes etnias, luciendo diseños elegantes y modernos. En el centro de la mesa de la reunión, había un ramillete de flores de diferentes colores y tamaños, lo que reflejaba la belleza y la diversidad en la naturaleza. Los colores predominantes en la decoración eran el blanco, el negro y el gris, pero también había toques de colores vivos como el rojo, el amarillo y el verde. Todo esto creaba un ambiente acogedor y amigable, que invitaba a la participación y a la creatividad.

Marta la esperaba sentada en una de las sillas dispuestas alrededor de la gran mesa ovalada que ocupaba el centro del espacio. Marta y ella no solían tener una relación muy cercana, por lo que cuando vio entrar a Ana frunció el ceño ligeramente e hizo un pequeño gesto de disgusto antes de disimularlo con una sonrisa forzada. Por su parte, Ana intentó ignorar todo esto y se centró en saludar al resto de compañeros mostrando una actitud profesional y amable.
Sofía, su jefa, estaba sentada en la cabecera de la mesa y saludó a Ana con una inclinación de cabeza mientras ajustaba los papeles que tenía frente a ella. Algunos de los otros compañeros de trabajo de Ana también estaban presentes en la sala, charlando animadamente antes de que la reunión comenzara. Justo detrás de Ana, Inés entró en la sala y le dio un suave toque en el hombro antes de sentarse en una silla cercana. Ana se sintió aliviada al ver a su otra compañera allí y le agradeció con una sonrisa cálida.

Poco antes del comienzo de la reunión, empezaron a llegar los miembros de la empresa de moda "Innovatex". Ana se estaba acomodando  en su silla cuando una corriente eléctrica comenzó a recorrer su cuerpo al ver al hombre que acababa de entrar en la sala. Pensó que tenía que ser la persona más atractiva que había visto en mucho tiempo. Él llevaba un traje impecable y parecía seguro de sí mismo. Gracias a la tarjeta que llevaba en la solapa de su traje, pudo deducir que su nombre era Javier.

Javier se acercó a saludar a Marta, quien pareció muy contenta de verlo. Ana notó que Marta estaba sonriendo más de lo normal y que estaba prestando mucha atención a lo que Javier decía. Se sintió un poco incómoda al ver la cercanía entre ellos dos y se preguntó si serían amigos cercanos o tal vez algo más.

Luego de un rato de espera, la puerta de la sala de reuniones se abrió de golpe y entraron tres personas. La primera en entrar fue una mujer de mediana edad con el pelo corto y oscuro, que llevaba una expresión seria en su rostro. Llevaba un traje impecable y zapatos de tacón alto que hacían sonar sus pasos en el suelo de madera. Era Laura Fernández, una de las directivas de "Innovatex". Detrás de ella entró un hombre corpulento y algo desaliñado, con una expresión de desgana en su rostro. Llevaba una camisa arrugada y una corbata desabrochada, y su cabello gris y descuidado le daba un aspecto poco profesional. Era Luis Álvarez, otro de los directivos de la empresa. Finalmente, entró Juan García, el que más mandaba de los tres. Era un hombre alto y delgado, con el pelo rubio peinado hacia atrás y unos ojos azules penetrantes que denotaban una gran inteligencia. Vestía un traje oscuro y una camisa blanca impoluta. Al entrar, miró a todos los presentes en la sala, antes de tomar asiento en la cabecera de la mesa ovalada.

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