Capítulo 28: Rescatando los pedazos

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Off se encontró al personal del establo fuera de su hogar con su caballo listo para salir. Parecía que todos habían escuchado la noticia ya o se habían mantenido pendientes a que el jefe Just llegará con la noticia anhelada.

Con el corazón en la boca se apresuró a cabalgar detrás del jefe Just, dejándose guiar, a su amado. Su cabeza tenía un objetivo: encontrar a Gun; después podrían aclarar los malos entendidos. Algo en él no le permitía creer las palabras en las notas de despedida, no comprendía por qué debía irse.

Quizás, si habían discutido más de lo que deberían por cosas insignificantes, pero lo habían resuelto, hablando y disculpándose, admitiendo sus errores. No podía ser aquello, o ¿sí?

¿Y si Gun se había hastiado de su sobre protección? Esa sería una buena respuesta, pero no debía hacerlo de esa manera. Lo había vuelto loco, tan loco que había deseado dejar todo por él, lo haría si se lo pidiera.

Esas notas lo dejaron más inquieto que nunca, había muchas palabras pero cero respuestas a sus preguntas. Lo halagaba mencionando su buena administración, pero nada acerca de irse. ¿Qué era eso malo que no podía quedarse a su lado? ¿Por qué debía irse así? ¿Por qué lo abandonó?

Si él amaba tanto a Gun, le daba todo el amor de la forma en la que podía, lo había cobijado con sus brazos. Quizás eso lo había molestado, tener contacto físico con personas había sido un problema. ¿Había molestado tanto a Gun para que lo dejara?

¿Por qué se había ido sin darle una razón? ¿Cuál era la razón por la que no podían llegar a un acuerdo?

—Líder, es por aquí —comenta su jefe de seguridad, guiándolo al camino que había visitado hace una noche. Iban rumbo a Komp, una pequeña aldea que hacía un tiempo no se había dado la oportunidad de visitar. Aunque aquello había pasado con muchos otros, In lo había mantenido ocupado.

Las patas de los caballos se enterraban cada vez más profundo en la nieve, obligándolos a ir más despacio. Su desesperación era tanta que deseaba bajarse e ir corriendo, pero como le dijo su madre: Si no eres paciente, no llegarás a ningún lado.

—¿Quién se lo llevó? —Off pregunta tratando de no volverse loco con el tiempo.

—No tenemos mucha información, sólo sabemos que un alfa lo trajo hasta aquí. En cuanto tenga toda la información, se la haré llegar.

Un alfa, un alfa. Esa respuesta nunca llegó a vagar en su mente y es que, la sola idea de tener a un tercero en la relación lo enfermaba, le parecía la cosa más desagradable.

Confiaba en Gun, en la relación que habían creado, no podía ser esa una respuesta, aunque encajaría muy bien en el rompecabezas que lo habían obligado a armar. Se negaba a aceptar que esa era la razón.

Por eso jamás dijiste: te amo.

Lamió sus labios y asintió a las palabras de Just, no dijo nada más que pudiera continuar rompiendo la imagen que tenía de su esposo.

Se centró en el camino que recorrían, esperando alguna palabra del jefe de seguridad que le diera a entender que estaban cerca.

Se sentía decaído, toda la situación lo había roto de poco en poco. Primero su estrés por recopilar información, después la desaparición de su marido, continuando con las cartas en la oficina de su esposo y, por último, la posibilidad de un amante. Una relación que se construyó lenta y cuidadosamente se había venido abajo en tres noches.

Off parecía ser el único que creía que su amor era tan fuerte. Desde hace un largo tiempo todos parecían saber más que él, ocultando esa situación que solo pasaba de boca en boca, pero jamás había llegado a él. Ahora era un tonto del que todos tendrían derecho de reprocharle no hacer caso acerca de un consejo vacío sin ningún mensaje.

El Omega Del Líder •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora