Capítulo 12: Dulces peleas comprensivas

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Gun no se considera una persona paciente, mucho menos es tolerante cuando está siendo molestado. No obstante, después de una pequeña plática con su padre, había aceptado que debía ser más considerado. Lo había llevado en práctica en los últimos días con el personal de la casa y había resultado mejor de lo que había esperado.

—Debes ser más amable, puedes estar molesto, pero alguien más no debe pagarlo.

Pero que fuera más tolerante no le abría camino a ser molestado.

Y estar con el señor Ming no le permitía practicar su tolerancia. No cuando el hombre cuestiona todas sus ideas y acciones. No le molestaba que preguntara sus razones y que diera su opinión, realmente para ello estaba ahí; sin embargo, sus gestos, sus respuestas le molestaban. Le daba una opinión para nada objetiva, solo mostraba lo molesto que estaba con el hecho de que él fuera líder. Era un piquete en las cosquillas intenso.

Estaba molesto, pasar todo el día con el señor Ming lo había sacado de quicio. Se despidió respetuosamente del hombre antes de entrar a su casa. Estaba que echaba humo, sus pasos se escuchaban pesados, causando que las personas a su alrededor se alejaran.

—Gun, linda noche —la voz de Off le saludó.

Paro en seco cuando tuvo a su esposo frente a él, tan alegre como todos los días.

—Mmh, ¿quién te puso de mal humor? —le cuestionó tratando de acercarse, a lo que él dio dos pasos atrás. Estaba tan molesto que no toleraría ser tocado—, bien. Vamos a hablar al comedor, la cena está servida.

Gun caminó tras Off, sin decir una sola palabra, solo lo siguió hasta el comedor, donde ya habían posicionado dos platos de comida. Tras la partida de los ex líderes, hace cuatro días, cenaban solos con pláticas acerca de Lundrim y una que otra anécdota de Off. Tomó asiento en su lugar preferido para cenar.

—¿Qué es lo que te tiene molesto?

—No quiero volver a tener un recorrido por Lundrim con el señor Ming, es la tercera vez que salimos juntos y hoy fue el peor día.

—¿Qué te ha hecho?

Miro a Off por unos segundos, trato de tranquilizarse para comenzar a hablar, recordando detalladamente lo que había pasado. No explotaría con él, solo se desahogaría un poco y le diría sus razones por las que no quería al señor Ming como su acompañante.

—Estábamos en la panadería del sur —comenzó su relato con una pizca de enfado en su voz —. Hablé con los dueños, me contaron que la calle frente a su local estaba comenzando a agrietarse. Le dije que lo tomaré en cuenta para las nuevas reparaciones que habría por su calle —enterró un poco sus uñas en sus palmas—. El señor Ming se entrometió en nuestra conversación, diciendo que si era un problema que le causaba muchas molestias, que él mismo contrate a alguien más, porque las reparaciones iniciarán dentro de un mes.

—Pero —la voz de Off interrumpió su relato, con el entrecejo un poco fruncido —, ¿no has estado organizando las reparaciones para comenzar en dos días?

—Así es, y el señor Ming lo sabe. No puedo comprender por qué lo dijo; a lo que me disculpe y señala que las reparaciones comenzarán en dos días y que nos mantendremos atentos a algún problema.

—Ya veo, lo comentaré con él.

—Eso no ha sido todo. Fue un largo día, eso solo pasó por la mañana —frotó su rostro con frustración y agotamiento.

—Hay más —la sonrisa que Off tenía ahora era una línea recta.

—En el almuerzo se atrevió a cuestionar la forma en la que me alimento y mis modales en la mesa. Diciendo que los palillos solo los utilizan las personas pobres e ignorantes —sostuvo los palillos a un lado de su plato, cogió un poco de arroz y lo introdujo en su boca —, es un hombre totalmente grosero y entrometido. Comeré lo que quiero y como quiero, no necesito que me señale qué cubiertos se deben usar. Y emplear la palabra pobre con un tono asqueado lo convierte en una peor persona.

El Omega Del Líder •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora