Capítulo 9: Regalo de palabras para un futuro ¿corto?

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Las fuertes manos del alfa se enterraban en su cadera, ayudándolo a impulsarse arriba y luego bajar con fuerza. Se aferró a la ancha espalda de su alfa, mientras que el grueso pene salía de él y se introducía con más ferocidad.

El cosquilleo en su vientre le advertía del clímax.

Entre la oscuridad de la habitación busco los labios de Mark, tan extasiado por su sabor a tabaco. Enterró sus pequeñas uñas en la piel de los brazos del hombre cuando sus piernas comenzaron a cansarse de mantener el mismo ritmo después de varios minutos. No quería detenerse, pero su cuerpo no parecía querer colaborar. Necesitaba tocar el cielo con la punta de sus dedos, solo un poco y...

Unos fuertes golpes en la puerta mojaron los fuegos artificiales que se habían formado dentro de él. Se quedó quieto sobre el alfa, esperando por una respuesta afirmativa para continuar.

—Debes salir ahora Mark, algunos necesitan usar el baño de verdad.

Las palabras de una tercera persona lo regresaron a su realidad. Su asquerosa realidad.

Estaban dentro de un baño público, sentados sobre Mark, que con simpleza se había sentado sobre la tapa del inodoro. Su erección dolía, y cuando Mark salió de él, fue una respuesta a no buscar un nuevo orgasmo.

—Vaya mierda —susurró para sí mismo.

—Apresúrate —mencionó con brusquedad, alejándose más para abrocharse los pantalones.

Claro, para él era complicado, no solo debía subirse los pantalones; en cambio, Gun, debía colocarse la ropa interior, luego los pantalones. Y finalmente la capa que había dejado tirada cerca de la puerta del baño.

—Vamos, por dios Mark, suelta a ese puto omega.

Gun estaba molesto con esa irritante persona, además de haber interrumpido su sección de sexo, también se atrevía a insultarlo.

Acomodó el gorro de la capa tratando que la mitad de su cara no fuera visto.

Tocó la perilla de la puerta, pero un vacío en él lo hizo regresar al alfa y despedirse correctamente.
Se levantó con la punta de sus pies y jalo el cuello del hombre, junto a sus labios, en un acalorado beso, mordió y apretó los labios contarios a su antojo. Aquel sería el último beso en mucho tiempo. Si no había tenido buen sexo, mínimamente deseaba un buen beso.

—Te amo —le susurró cuando los golpes en la puerta se hicieron más intensos —, nos veremos después —dejó un pico en los labios de Mark antes de abrir la puerta y empujar al molesto hombre frente a la puerta.

—Omega inmoral, eres un simple prostituto.

Gun hizo oídos sordos ante los nuevos insultos, apresuró el paso para llegar a la salida. Se casaría en unas horas, lo que menos necesitaba era que su rostro fuera reconocido en aquel lugar de mala muerte. Así ha sido en los últimos meses. Pasó de ser un simple omega, a una respetada —por la mayoría— figura de no sólo Lunalis, sino por todo Lundrim. Lo confirmó cuando viajó con la líder alfa a Dorgue, un pequeño pueblo a tres horas de Lundrim.

En aquel viaje logró sentirse cómodo, algo que por miradas e insultos no había logrado en Lundrim. Muchos pobladores habían sido muy amables con él, le obsequiaron flores, dulces y comida deliciosa.

—Es el futuro omega líder.

Fueron las palabras más repetidas en su estadía de cuatro días. Reverencia tras reverencia, saludo tras saludo. Un ambiente demasiado gentil y estaba agradecido de ello.

Gun soltó un enorme suspiro después de haber caminado durante varios minutos a un paso rápido. Estaba lo suficientemente lejos del mesón, se quitó la capa y la dobló en dos. Cargo la pregunta en su antebrazo antes de comenzar a adentrarse a la familiaridad de casas y comercios.

El Omega Del Líder •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora