Capítulo 2: El comienzo de una maldición

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Todas las personas que conocían a Gun sabían que es un omega de carácter... un poco fuerte, no temía decir lo que pensaba, muy transparente con todos. Es por todo ello que a muchas personas les solía molestar estar cerca del Omega, no toleraban su poca sutileza para mencionar ciertos temas.

Y tal como las personas odiaban la poca sutileza. Muchos otros les agradaba y ese era el caso de la pareja de Líderes, les agradaba la sinceridad del Omega cuando le hacían ciertas preguntas, por lo que la líder Ningmin lo había nombrado su sirviente personal; la acompañaba a todos lados, en sus constantes visitas a orfanatos, a dar paseos por los alrededores o simplemente trabajar en su oficina.

Off se preguntaba la razón por la que nunca se lo había topado en tres meses que ha vivido el omega en su hogar.

Vaya sorpresa.

Había creído. Por lo que no se limitó a preguntarle a su madre, que con la sonrisa de siempre le respondió con simpleza: En la hora del desayuno, comida y cena, Gun toma sus alimentos en la cocina con todos las demás personas del mantenimiento del hogar, después nos encontramos en la oficina.

─Además, has estado muy ocupado, con Songi.

─Songi ─recuerda con tranquilidad mientras tomaba un pedazo de fruta con sus palillos.

Los momentos que la familia tenía más aprecio son aquellos en los que todos se encuentran ingiriendo alimentos, pues unían comida deliciosa con conversaciones interesantes. Era muy importante para la familia.

─Ella es una chica muy linda, cuídala bien.

─Lo es ─asintió con la cabeza mientras bebía un poco de jugo.

─¿Estás seguro de escogerla como omega? ─preguntó esta vez su padre, tan serio como todos los días.

Deseaba tener una respuesta tan segura que nadie se atrevería a volver a preguntar, ni pasaría por su cabeza. Pero no lo estaba, de hecho, desde los últimos cuatro meses no estaba seguro de sus decisiones en cuanto al omega con el que debía casarse.

─Estoy casi seguro ─suspiro con pesadez, nunca había imaginado que encontrar pareja sería tan complicado; aunque, debió asumirlo desde su adolescencia, pues las pocas parejas con las que había salido habían estado a su lado un aproximado de seis meses y él mismo consideraba que había sido mucho tiempo.

¿Cómo diablos conseguiría un omega que esté dispuesto a soportar gran cantidad de tiempo trabajando y con mucho peso sobre sus hombros?, esas dos cosas habían sido las razones de varias de sus rupturas y el descarte de varios omegas en los últimos meses.

─Ten cuidado con quien te casaras, procura elegir bien ─dejó sus cubiertos a un lado de su plato, el cual arrimo un poco hacia enfrente para tener el espacio de colocar sus manos sobre esta con los dedos entrelazados ─, comprendo que te sea difícil, lamento que tengas que buscar pareja de esta formal, pero así fue como sucedieron las cosas...

─Papá, lo sé, no te culpo, debes vivir muy feliz los últimos años y si para eso debo casarme, lo haré ─se levantó de la mesa, caminó hacia su padre y le dio un fuerte abrazo ─. Te amo ─y a pesar de que su padre no se movió ni dijo nada, sabía que él también lo amaba. Este jamás había sido un hombre afectuoso, pero lo amaba a su manera.

Una vez que el desayuno dio fin, Off caminó perezosamente a su habitación. Ahí poseía información de sus deberes como próximo líder, información de los pueblos de Lundrim, de quien era el líder de cada pueblo y mucho más. Por ahora debía hacerse cargo de mucha información de Lunalis, la capital de Lundrim, que debía ser otorgado a su pareja, que por ahora no tenía. Se sentía un poco preocupado por ello, pues Songi evadía el tema cada que él trataba de sacarlo a flote. Parecía que ella no estaba interesada.

El Omega Del Líder •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora