XXI

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Recuerden que queda una última parte después de esta!

~•~

—¿Crees que viva?—Kala mantenía la mirada en sus manos, donde la sangre de Diego aún estaba fresca.

—Si alguien puede salvarlo es Mama, no te preocupes.—

—... Si él muere, yo... No sé, Bichito. No sé cómo lo tomaría.—

—Eres joven, conseguirás otro pololo.—

—Tú no entiendes...—

Al llegar a la planta baja, todo era un caos.
Guerrilleros se metían a la torre, destruyendo todo a su paso. Ya no había rastros de guardias ni control alguno.

Kala se preguntó si eso era lo que Clara quería.

¿caos total?

—Mejor salgamos de aqui, antes de que alguien nos mate.—Paz le dio unas palmaditas a su amiga en el hombro.

Al salir, el escenario no era mucho mejor.

Todo ardía, se destruía...
Yara caía.

—Paz... No sé si esto es algo que celebrar.—Kala miró como unos guerrilleros colgaban a un soldado muerto en un poste—. Antón era una mierda, pero ahora que no está... ¿Quién va a gobernar y acomodar este desastre?—

—No lo sé... ¿Dani?—

—No lo creo, la política no es cosa suya...—

~•~

Unas cuantas horas habían pasado cuando Dani finalmente llamó a Kala.

—Tengo miedo de preguntar.—

La pequeña estaba junto a Paz ayudando a unas familias a despejar su manzana cuando su celular sonó.

~Esta vivo, niña. Diego está descansando justo ahora.~

La pequeña saltó emocionada, abrazando a un Paz algo desorientado.

—¿Dónde están?—

~Ahora lo estamos llevando al refugio, su antigua casa. Creo que lo mejor es que se recupere bien... Lejos de todo este caos.~

—Me parece bien, en un rato iremos para allá.—

~Bien hecho, chamaca. Lo hiciste genial.~

La niña cortó la llamada, mirando emocionada a su amigo.

—Diego está vivo, Bichito. Mama pudo salvarlo.—

—¿El hijo de Antón?—la dueña de la casa que estaban limpiando la miró con cierta desaprobación—. Ese niño está destinado a la tirania, no debieron salvarlo.—

—Él es un buen chico, señora...—Kala intentó reprimir su lado sobreprotector para no mandar al diablo a la doña—. Yo lo conozco. Solo quiere lo mejor para Yara... Lamentablemente no le tocó un buen padre.—

La mujer no dijo nada más, la respuesta de la niña la dejó algo confundida.

~•~

—¿Sigue durmiendo?—

Kala entró al cuarto de Diego, el cual estaba tal cual lo había dejado el niño cuando Libertad los expulsó de la casa -fue Kala quien insistió en que nadie tocara nada del cuarto-

—No sé cuánto tarde en despertar, ni siquiera sé si lo hará.—Lucky Mama terminaba de arroparlo—. Solo queda esperar.—

Aquello no dejó muy convencida a la niña, quien solo se limitó a asentir.
Se arrodilló junto a la cama, tomando la mano de Diego.

~° Familia ~ Diego Castillo. Far Cry 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora