XIII

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—Tu mamá está muerta.—

Diego miró el vaso entre sus manos algo conmovido. La noticia lo preocupó.

—¿fue... fue Libertad?—

—No, fueron esos criminales que escuchas en la radio.—Antón lo miró—. La mujer...—

—Talia...—

El chico le dio un sorbo a su bebida tembloroso, frunciendo el rostro al sentir su amargo sabor.

¿Kala sabía de eso?

~•~

—¿sigues enojada, Lala?—

Talia miró despreocupada a la chica, quien cepillaba algo frustraba sus botitas.

—... Manchaste mis zapas con sangre... y no se quita.—

—¿es solo eso? ¿o te molesta otra cosa? No me digas que te molestó que haya matado a esa perra.—

Kala detuvo su accionar y miró a la mujer, quien la miraba sin ninguna expresión.

—A veces me dan ganas de...—ahorcó el aire frustrada, para luego suspirar—. Dios, iré con Bicho antes de que te mande al diablo.—

Dani miró preocupada como su pequeña amiga dejaba el lugar y se encaminaba fuera del pantano.
Le había fallado, no logró detener a Talia y ahora estaría en problemas con Diego.

~•~

Cuando Kala llegó a la ventana de Diego aquella noche, sintió algo feo oprimirle el pecho al intentar abrirla. Estaba cerrada.
Dudó si tocar o no, pues estaba segura de que el chico la odiaba y por eso cerró la ventana. No quería verla.
Creyó que lo mejor era irse y no molestarlo, pero entonces la ventana se abrió.

—¿te ibas a ir?—

Un Diego algo desanimado miró a la chica, buscando de inmediato sus pies.

Sus zapatos no combinaban con aquel vestido ya algo sucio.

—Vi que estaba cerrado y-

—Tú estabas ahí.—Diego la miró—. Vi la transmisión... Al final se ven tus botas, esas que llevas siempre... Y hoy no las traes.—

La chica bajó la mirada.

—Intenté que no lo hiciera, lo siento...—

—Mataron a mi mamá, Kala.—la chica se sintió fatal al escuchar aquello.

—Talia es muy impulsiva, y-y tu madre insultó a Paolo, solo-

—Ya... No importa. Ella ya no está, ustedes son unos asesinos.—

Kala frunció el ceño al ver que el chico la miraba de una forma que no le gustó para nada.
Sentía que estaba siendo injusto.

—... El Tigre ya no está, mi papá, el señor Montero... Jonrón.—lo miró molesta—. Ella se ahogó hasta morir ¿imaginas siquiera ese dolor?—

—Dijiste que no era mi culpa... Yo no los maté.—

—¡no lo es! ¡al igual que tampoco fue mi culpa lo que pasó con tu mamá y me lo estás echando en cara!—suspiró frustrada—. Pasó muy rápido, no pude...—

Diego se sintió pésimo en cuanto la chica parecía querer llorar.

—Oye, no llores. No quise-

—Ya, déjalo.—la chica alzó la mano, indicándole que no se le acercara—. Dijimos que no hablaríamos de eso.—

~° Familia ~ Diego Castillo. Far Cry 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora