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Enganché mis manos alrededor del cuello de Paul, acercándolo desesperadamente mientras nos besábamos. No había tal cosa como el espacio cuando nuestros pechos se presionaban juntos.

Ni siquiera un minuto después de que saltó por mi ventana, nuestros labios estaban cerrados y nos estábamos besando. Estábamos pasando por una etapa de furiosas sesiones de besos, pero hoy fue la más acalorada con diferencia.

Con sus manos agarrando mis caderas con firmeza, finalmente encontré un momento para separarme aunque permanecí cerca de él. Le sonreí, –Hola.

Sin aliento, respondió con una sonrisa, –Hola–. Me besó de nuevo, presionando sus labios contra los míos con firmeza, –¿Cómo estuvo la fisioterapia?

Separándome de nuevo, respondí, –Genial. Se me permite correr de nuevo.

Se apartó de mí y levantó una ceja sorprendido, –¿En serio?

Canturreé de acuerdo y presioné mis labios contra los suyos de nuevo. Habían pasado tres meses desde mi accidente. Fue un comienzo difícil, especialmente porque Paul sabía lo que posiblemente iba a pasar con mi futuro. Sin que yo supiera, habían establecido una patrulla alrededor de mi casa y entre la manada, cada uno tomó su turno para vigilar la casa.

Había estado en el hospital durante dos semanas más y después de eso en reposo en cama en casa durante otra semana. Me tomó cuatro semanas recuperar la sensación en mis piernas, pero tampoco me permitieron levantarme y comenzar a caminar de inmediato.

Prácticamente tuve que aprender a caminar de nuevo y fue increíblemente difícil. La mayoría de las noches tenía dolor, no podía dormir por la presión en mi columna, pero eventualmente comenzó a desvanecerse.

Ahora estaba tan bien como iba a estar después de todas esas intensas sesiones de fisio.

La relación de Bella y yo se había tensado pero estábamos hablando de nuevo. Me tomó un tiempo aceptar completamente su disculpa, pero ella realmente me lastimó. Al final del día, Edward seguía siendo su principal prioridad, tal vez era hora de que cambiara mis prioridades.

Volví al momento en que Paul me levantó, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura y sosteniéndome allí. Eso era nuevo.

Me eché hacia atrás sorprendida, mis manos alrededor de su cuello para sostenerme, –Paul Lahote–. Le dije efusivamente, –¿Qué te pasa?

Caminando hacia mi cama, me besó brevemente, –No puedo evitarlo, eres demasiado hermosa.

Estaba segura de que mi cerebro acababa de explotar.

Me puso en mi cama y se cernió sobre mí, sus respiraciones rápidas abanicando mi rostro. Tragué saliva, acariciando su mejilla suavemente, –¿Estás seguro?

Se burló audazmente, –El hecho de que me acabas de preguntar eso–

Le tapé la boca con la mano, –Solo estaba preguntando.

Retirando mi mano, asintió, –Sí, estoy seguro.

Le sonreí de vuelta, –Genial.

Volvió a acercar sus labios a los míos, pero no tardó en alejarse. Esta vez gemí molesta, –Cállate–. Bromeó, –Tienes que decirme si te duele la espalda, no puedo decirlo.

–No creo que tenga ningún dolor–

–Sophia–. Me interrumpió con una mirada severa, –hablo en serio, si te duele la espalda tienes que decírmelo. No quiero que vuelvas al punto de partida.

Asentí en comprensión. –Está bien–, le dije levantando la mano y acariciando su mejilla, –lo prometo, te diré si tengo dolor.

Él me sonrió inclinándose y besándome de nuevo.

AFTER DARK | PAUL LOHOTE - TRADUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora