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Rosalie y Alice habían limpiado a Bella y la habían cambiado al día siguiente. No podía soportar caminar en un radio de cinco pies de esa habitación, especialmente cuando los recuerdos de lo que había sucedido eran tan crudos.

De alguna manera, me las arreglé para conseguir unas cuantas horas de sueño durante la noche con Renesmee. Me sentí como si fuera su madre y toda la situación me parecía mal, pero cuidaría de ella hasta que Bella despertara.

Si ella despertara.

Todavía estaba hecho pedazos, mi corazón hecho añicos, pero entre Jacob y Renesmee apenas lograba mantener mi cabeza a flote. La familia también era genial y no me importaban sus formas no tan sutiles de controlarme. En los últimos meses me había convertido en una parte extensa de su familia, la de Carlisle literalmente.

Hablando de eso, estaba muy preocupado por mi estado mental. Él no quería que me desmoronara ahora y yo tampoco, pero realmente estaba esforzándome al máximo. Carlisle estuvo allí conmigo en cada paso del camino, dejándome liberar cualquier emoción que necesitara, escuchándome mientras Renesmee dormía en mis brazos.

Toda la familia estaba allí para mí, estábamos aquí el uno para el otro, pero en ese momento lo único que nos mantenía adelante era la esperanza de que Bella lo lograra.

Había estado tan perdida con los días que ni siquiera me había dado cuenta de que habíamos pasado a un nuevo mes, y mucho menos de qué día era. Cuando Alice entró saltando en la sala de estar emocionada, miré a Jacob al otro lado de la habitación confundido mientras sostenía a Ness antes de volver a mirar al pequeño vampiro.

Ella se acercó a mí mientras yo me relajaba en el sofá y sonreía, -¡Feliz cumpleaños!

Alice sacó una pequeña bolsa de detrás de su espalda y la sostuvo frente a mí. Mis labios se abrieron con sorpresa y la miré emocionalmente, -Alice... no deberías-

-No soy sólo yo-. Ella me dijo, -Es de todos nosotros.

Le quité el pequeño bolso rosa y lo abrí, Alice permaneció frente a mí mientras el resto de la familia me observaba. Saqué la tarjeta pero como | Fue a abrirlo. Alice me lo arrebató de la mano y lo arrojó sobre la mesa de café. -Puedes abrirlo más tarde, es sólo un trozo de tarjeta.

La miré con una pequeña sonrisa antes de regresar a la bolsa. Dentro había dos pequeñas cajas negras, una cuadrada y otra rectangular. Tomé el cuadrado, abriendo la tapa. Dentro había una cadena dorada envuelta alrededor de un cojín de terciopelo y con un pequeño grito ahogado la recogió. Era tan delicada pero simple al mismo tiempo, una pulsera preciosa.

-Dios, chicos...- murmuré, -Gracias.

-¡Abre el otro!- Alice sonrió, la emoción la recorrió como si fuera su cumpleaños.

-Bueno-. Respondí con una risa entrecortada, recogiendo la segunda caja.

La tapa de este se deslizó y dentro había un juego de llaves del auto. Mis ojos se abrieron en shock, me quedé boquiabierto, -¿Qué dia-

-Ah ah-. Rosalie me interrumpió. Señalando a la muy consciente Renesmee sentada frente a mí en los brazos de Jacob.

Me mordí el labio inferior y sacudí la cabeza, -Carlisle, no hay manera de que pueda aceptar esto.

-Es lo mínimo que podemos hacer-. Esme respondió desde el sillón donde Carlisle estaba detrás de ella, -Después de todo lo que has hecho por nuestra familia.

-Y no podemos tenerte corriendo por Forks como un vampiro-. Emmett dijo divertido, -Necesitabas un auto nuevo.

Tenía razón, necesitaba un auto nuevo después de que mi motor explotó literalmente hace dos días.

AFTER DARK | PAUL LOHOTE - TRADUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora