Todo por ti {Dekubaku}

13. Contacto

Bakugou

Ya había pasado un día desde que me sacaron de esa habitación. He seguido actuando como siempre ya que lo que menos quería era que sospecharan algo. Ahora mismo me encontraba en la sala común junto al resto de la Bakusquad viendo la televisión.

En ese momento empiezan las noticias y una imagen de mi aparece en ellas.

Hace ya unos días que el estudiante a héroe Katsuki Bakugou fue encontrado y rescatado por sus profesores y compañeros.

Si, en contra de mi voluntad.

Lo único que sabemos es que se encuentra en buen estado, lo que nos alegra a todos. Estamos felices de saber que se encuentra sano y salvo en la UA con sus compañeros, los cuales deben estar muy felices de tenerlo de vuelta.

Si… pero yo no estoy nada contento por ello y se suponía que era el que más feliz debía estar.

Los que estamos seguros de que no estarán felices por esta noticia son los villanos que lo tenían capturado y que fueron derrotados por los miembros de dicha academia.

Aprieto la mandíbula.

Deku no fue derrotado, él nunca se rinde y nunca pierde. Deku vendrá y acabará con vosotros uno por uno.

En ese momento aparece el profesor Aizawa.

—Bakugou, ¿puedes venir un momento? Necesito hablar contigo.

Y creo saber de qué quiere hablar.

Me levanto y lo sigo. Llegamos hasta su oficina, entramos y nos sentamos.

—¿De qué quiere hablar?

—De tu secuestro.

Lo imaginaba.

—¿Qué quiere saber?

—Todo.

Río internamente. Ja, es idiota si se piensa que le diré algo de lo que se. Nunca traicionaría a Deku. Ni apuntándome con una pistola en la cabeza diría nada.

Era una tumba cuando a Deku se trataba.

—¿Todo? ¿A que se refiere?

Y lo mejor por ahora era hacerme el tonto.

—Bueno, has estado encerrado allí durante semanas, algo tuviste que averiguar. Por ejemplo, la dirección de su guarida.

—No, la verdad es que no.

—¿Algún dato que nos sea útil?

—No.

—¿Algún nombre? ¿El verdadero nombre de Deku? —me mira serio.

Sonrío internamente. Si, si que conocía su verdadero nombre, pero no te lo diría ni a ti ni a nadie.

—Ninguno.

Me mira enfadado.— ¡Imposible! ¡Estuviste allí durante semanas! ¿Cómo es posible que no descubrieras nada?

Suspiro, preparándome para la mejor actuación de mi vida.

—Durante todo el tiempo que estuve allí he estado encerrado en una maldita habitación, insonorizado y sin poder ver nada. Estuve amarrado a la cama y con los ojos tapados. No hablaba con nadie y las pocas veces que me hablaban me era imposible descubrir nada. Además, desde dentro de la habitación no podía escuchar nada. —cuento, lo más serio posible.

Si después de esto no me daban el premio al mejor actor y mentiroso es que eran idiotas.

—Ya veo—suspira.

Sonrío al saber que se lo había tragado. Pensaba que dejaría de hacer preguntas, pero al parecer me equivocaba.

—Tengo otra pregunta que hacerte.

Me parecería raro si hubiera sido lo contrario.

—¿Cuál?

—¿Quién es Kai?

Desgraciado.

Sabía que algo se olía cuando Deku me visitó. Además estaba seguro de que nos estuvo vigilando por las cámaras mientras hablábamos, agradecía que no pudiera escucharnos.

—Un amigo—menciono, simple.

—Uno muy íntimo por lo que pude ver, parecíais muy unidos.

—Lo somos—me encojo de hombros —. Siempre hemos sido muy unidos y siempre nos hemos llevado muy bien. Además llevábamos tiempo sin vernos, supongo que eso afecto al reencuentro.

—Ya veo—murmura, pensativo.

—¿Puedo irme ya?

—Si, puedes irte.

Asiento, me levanto y salgo de allí.

Al pasar por la sala común los que se encontraban allí se me quedan mirando.

—¡Bakugou! ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho Aizawa? —me pregunta Kirishima.

Lo ignoro, alejándome de allí y entrando a mi habitación.

Me tumbo en la cama y no pasan ni cinco segundos cuando siento las lágrimas empezar a caer, mojando mis mejillas

Deku…

Te extraño…

En ese momento escucho mi móvil sonar. Lo agarro, leyendo el mensaje recién recibido. Era de un número desconocido.

El cielo es hermoso, pero no tanto como tus ojos color pasión.

El algodón es suave, pero no tanto como tu sedoso cabello rubio.

Los chocolates son dulces, pero no tanto como tus labios sabor caramelo.

Amo las películas de superhéroes, pero no tanto como te amo a ti.

Te extraño como nunca jamás podré extrañar a nadie.

Si tu me extrañas también, nos vemos a medianoche en esta ubicación.

Deseoso estoy de sentirte de nuevo entre mis brazos.

Lágrimas salen de mis ojos con fuerza mientras intento reprimir en vano mis sollozos.

Era él…

No había que ser adivino para darse cuenta. Siempre me decía que para poeta no servía y ahora me decía esto…

Si ya estaba enamorado, ahora lo estaba aún más. Lo amaba con todo mi corazón y quería sentirlo de nuevo entre mis brazos. Iría a verlo y nadie me lo iba a impedir. Lo haría, aunque para ello tenga que escaparme.

Por favor reloj corre, que pasen las horas rápido por favor.

Por favor déjame verlo de nuevo.