23. Miedo

1.1K 108 22
                                    

Abro los ojos, desorientado, como si hubiera dormido durante días. Lo primero que veo negro. Paredes de color negro por todos lados. Confundido intento buscar un rayo de luz, fallando en el intento. No había ninguna maldita ventana en toda la habitación.

¿Dónde estaba?

En ese momento el recuerdo de todo lo que paso llega a mí. Me entra el pánico, el miedo inunda mi cuerpo mientras intento liberarme de esas ataduras. No podía soltarme, tiraba y tiraba, pero estaban demasiado apretadas. Lo único que conseguía con eso era hacerme cada vez más daño.

La puerta se abre de golpe, haciendo que mi cuerpo se paralizara de golpe y entrara en tensión. Al ver a la persona que entra por la puerta, mi corazón se acelera, mi respiración empieza a ser anormal y mi cuerpo empieza a temblar. Ya que no me esperaba para nada ver a esa persona.

Tomura Shigaraki.

¿Qué mierda hacia aquí?

¿Por qué me habían secuestrado?

No conocía la respuesta a ninguna de esas preguntas. Lo único que se es que tenia miedo. Miedo por lo que pudiera llegar a hacerme.

Deku...

—Veo que has despertado. —dice, acercándose a mi. Me tenso al ver su cara a centímetros de la mía. Me recorre la mirada, de arriba abajo. — Solo eres un mocoso —masculla—. No logro entender que ve Deku en ti para protegerte tanto.

Hago una mueca.

Tampoco tienes porque entenderlo, imbécil.

—¿Qué mierda quieres de mi?

—Solo quería conocer al chico que Deku tanto protegía. Al que es la debilidad del mayor villano de todos.

—¿Conocerme?

No sabia porque, pero eso no me sonaba muy bien.

—Si —sonríe— Y quien sabe, tal vez...divertirme un poco contigo.

En ese momento mi cuerpo se tensa.

¿D-Divertirse conmigo? ¿A que se refería con eso?

Una sensación de repulsión y pánico se instalo en mi cuerpo.

—Siento que me voy a divertir mucho contigo.

Que alguien me ayude...

Deku

Quería matar a alguien.

Y eso es lo que podían intuir mis subordinados al verme caminar como perro enjaulado.

Estaba furioso. Pero sobre todo estaba preocupado.

Habían secuestrado a Kacchan y sabía perfectamente quien había sido. Y juraba por lo que más amaba, que era Kacchan, que lo encontraría y acabaría con él con mis propias manos.

Por lo que ahora me encontraba ideando un plan para rescatarlo, mientras me preparaba para soltar una bomba y para posiblemente asesinar a alguien.

—Suéltalo —demando con voz grave y fría.

Me miran confundidos, sin entender a que me refería.

—¿A qué se refiere señor?

—Sabéis perfectamente a lo que me refiero —siseo. Aprieto el puño con fuerza—. El traidor.

Se miran entre ellos, confusos. Me enfurezco.

—¿Traidor?

La furia me golpea. Golpeo la mesa, rompiéndola en el proceso.

—¡Quiero que salga el traidor! ¡El desgraciado que fue hacía Shigaraki y le hablo sobre Kacchan, revelándole nuestro plan y nuestro paradero!

Se miran entre ellos, sin decir ni una sola palabra.

—¿Nadie va a decir nada? Bueno, no importa, se perfectamente quien es el traidor.

Tras decir eso, de mis manos salen látigos negros, que en menos de un segundo, tenían apresados entre ellos al culpable de todo esto. Pero a diferencia de Kacchan, que el agarre sobre él fue suave, con él fue brusco, fuerte. Lo sujetaba con furia. Me coloco frente a él, mirándolo a los ojos.

—Podría decir que me sorprende y que no me lo esperaba, pero estaría mintiendo. Debo decir que sospechaba de ti desde ese día que apareciste en la cocina mientras estaba allí con él. Pero lo que quiero saber es, ¿Por qué? ¿Qué ganabas tu con traicionarme? ¿Con hacer que lo secuestraran? —hace una mueca por el fuerte agarre— ¡RESPONDE!

—E-Ese chico te cambio. Ya no eres el mismo villano de antes. No tienes el carácter que tanto te caracterizaba. No tienes el mismo odio de antes.

—¡¿Y eso te da el derecho a traicionarme y a entregar a MI NOVIO al enemigo?! —agarro su cuello, apretando con fuerza. Lo escucho quejarse. — ¿Y que decías? ¿Qué he perdido odio? Si quieres me deshago de ti en este mismo momento para que puedas ver si he perdido odio o no. —aprieto más el agarre en su cuello—. Tu decides.

—N-No, por favor.

—Pues más te vale decirme en este instante el paradero de la guarida de Shigaraki y entonces y solo entonces, decidiré si perdonarte la vida o no. —espeto con furia recorriendo mi cuerpo—. Y ni se te ocurra hacer ninguna tontería, porque entonces si que te va a ir muy mal. —asiente. Lo suelto. Cae al suelo, tosiendo e intentando recuperar la respiración.

Voy a por ti, mi amor. Voy a salvarte. Y me da igual quien sea, acabare con cualquiera que intente detenerme.

Bakugou

Aprieto los labios, reteniendo el grito que quería salir desde lo más profundo de mi garganta. Dolía. Mierda, dolía como el infierno. Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Quería que parara. Por favor, que pare.

—Dabi, detente.

—¿Por qué? Estaba a punto de llegar al hueso.

—Tranquilo, todo a su tiempo. Además, tampoco queremos matarlo.

Se acerca, poniéndose frente a mí.

—Veo que eres duro, me gusta. Por lo que quiero hacerte una pregunta.

¿Pregunta?

—Bakugou Katsuki, aspirante a héroe, ¿te unirias a la liga de villanos?

¿Unirme a ellos? ¿He escuchado bien o las quemaduras están afectando a mi oído?

—Ve y que te atropelle un coche.

Veo como sus subordinados se ríen mientras él me asesina con la mirada.

—Veo que hasta tienes agallas, pero eso te va a salir muy caro. Dabi, puedes continuar.

—Genial.

Tiemblo al verlo acercarse a mi con su don activado.

Deku, sálvame por favor.

Todo por ti {Dekubaku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora