Todo por ti {Dekubaku}

6. Sentimientos

Bakugou

—Kacchan, te quiero.

—Deku, yo…

Me despierto al sentir unas caricias sobre mi mejilla. Me sonrojo al ver al culpable.

—Deku.

—Buenos días, Kacchan, ¿has dormido bien? —sonríe.

Me quedo mirándolo, sin decir nada.

—¿Qué ocurre? ¿Pasa algo malo?

No sabía que me ocurría.

¿Qué era esta sensación?

¿Qué era esta felicidad al verlo?

¿Por qué no podía dejar de mirarlo?

Me enderezo, sentándome frente a él.

Acerco mi mano, acariciando su mejilla con suavidad. Sonríe, apoyándose sobre mí mano. Miro sus labios.

Se veían tan…

No, eso no podía pasar, no.

—¿Kacchan?

No lo dejo seguir hablando, me acerco a él y lo abrazo con fuerza.

Se sentía tan bien estar así. Me sentía cómodo y muy seguro. Me abraza con fuerza, sin un centímetro de separación. Pero no me importaba. Quería sentirlo junto a mi. Quería tenerlo lo más cerca posible.

Me sonrojo y mi corazón se acelera al sentirlo dejar un beso sobre mi cabeza.

—¿Vamos a desayunar?

Asiento, sin separarme. Ríe, para después agarrarme entre sus brazos y empezar a caminar hacia la cocina.

Al llegar me separo de él a regañadientes y me siento mientras empiezo a desayunar.

—¿Sabes una cosa Kacchan?

—¿Umm?

—Eres muy tierno.

Me sonrojo.

—¿A-A que v-viene eso ahora?

—Nada, solo quería decírtelo. —sonríe.

Idiota.

Después de desayunar me voy al salón y me siento en el sofá. Agarro el mando y enciendo la televisión.

Me tenso ante lo que veo.

En la tele estaban dando las noticias y… estaban hablando de mi.

Han pasado varias semanas y todavía no se sabe nada sobre el paradero del joven aspirante a héroe Katsuki Bakugou. Según lo que sabemos, el joven fue secuestrado por un grupo de villanos mientras realizaba una actividad con sus compañeros. Sus compañeros, profesores y familiares están muy preocupados y están haciendo todo lo que pueden para encontrarlo. Esperamos de todo corazón que lo encuentren pronto y que se encuentre en perfecto estado.

No sabía que decir, me había quedado sin palabras.

Habían pasado varias semanas, ¿Por qué seguían buscándome? ¿Porque seguían haciéndolo a pesar de todo?

Y, ¿Por qué no sentía tristeza por ellos ni necesidad de volver? Es cierto que algunas cosas si que las echaba de menos, pero no lo suficiente como para querer volver.

—Kacchan… —se sienta a mi lado—¿Estas bien?

Él también había visto las noticias.

—Si.