24. Salvar.

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Bakugou

Me duele todo. No podía sentir ni la punta de mis dedos por el dolor que sentía. No entendía como era posible que aun siguiera consciente.

Tenía tanta piel quemada que no podía diferenciar entre la piel sana y la quemada. Tampoco sabía la sangre que había perdido debido a la rubia que se había dedicado a sacarme toda la sangre que había querido. Abro los ojos poco a poco, débil por el dolor que estaba sintiendo.

Me encontraba en la habitación en la que estaba la primera vez que desperté aquí. Después de ese inútil intento de unirme a ellos, me intentaron obligar a revelarles todo lo que supiera sobre Deku, a lo que me negué, por lo que siguieron torturándome hasta que no aguante más y acabe desmayándome. No tenía ni idea de cuantas horas habían pasado desde que me desmaye. Tampoco había ventanas en la habitación, por lo que no podía saber si era de día o de noche.

En lo único que podía pensar era en el peliverde. ¿Estará bien? ¿Qué estará haciendo? ¿Me estará buscando? Era lo que más deseaba mi corazón. Que apareciera y me sacase de aquí. Quería que me sujetase entre sus brazos y que me abrazase con fuerza. Que me dijera lo mucho que me amaba y que todo estaría bien.

Lo necesitaba...

En ese momento me sobresalto al escuchar la puerta abrirse. Por ella vuelve a entrar Shigaraki junto a sus secuaces.

—Vaya, veo que has despertado. — mira las quemaduras de mis brazos—. Uf, eso no tiene muy buena pinta—sonríe— Y ahora, ¿vas a hablar?

Preferiría que me cortasen un brazo.

Asiento. Se acerca, preparado para lo que diría.

—¿Nunca te dijo tu madre que debes lavarte el pelo para que no te salgan piojos?

Varias risas se escuchan a nuestro alrededor.

—Ya veo que no aprendes. ¿Quizás deba cortarte la lengua? ¿O quizás deba destrozarte esa carita? Me gustaría ver la reacción de Deku al ver que he destrozado la cara que tanto le gusta.

—¿Puedo hacerlo yo? Me encantaría arreglarle la cara. —dice el pelinegro.

—¿Por qué no te arreglas tu propia cara? Lo necesitas más que yo —musito molesto.

—Ahora sí que sí, voy a destrozarle esa linda carita. —se empieza a acercar a mi.

En ese momento se escucha una fuerte explosión, sobresaltándonos, seguidamente vemos a uno de sus secuaces aparecer corriendo por la puerta.

—¡Señor, nos están atacando!

—¿Quién es?

—Deku.

Mi corazón se acelera al oírlo. Deku estaba aquí. Deku había venido a por mí.

Narrador omnisciente

—¡No dejéis que entre! —grita Shigaraki, haciendo que sus secuaces salgan rápidamente de la habitación.

Lo que no sabían, es que Deku ya se encontraba dentro de la guarida. Había derrotado a todos los que se habían interpuesto en su camino. Pudo haberlo hecho con los ojos cerrados ya que para él fue como un entrenamiento. Fue demasiado fácil vencerlos.

Además, parece que por alguna razón su poder aumento. Lo que le facilito aún más el ganar. Cuando derroto a todos los secuaces, incluidos el pelinegro y la rubia, Deku llegó a una habitación, a la que no tardó en entrar. Al ver la escena ante sus ojos no pudo evitar apretar los puños con fuerza y sentir como la furia dentro de él crecía.

Kacchan, su Kacchan, herido y atado en una silla. Podía ver perfectamente las heridas que había sobre su cuerpo.

Su cuerpo tiembla y arde en rabia y furia al ver lo que le habían hecho. Se quedo unos segundos más mirando las quemaduras en sus brazos. Iba a matarlos. Acabara uno por uno con los que le hicieron esto al amor de su vida.

—Ya veo que llegaste y que conseguiste entrar hasta aquí. Pero siento decirte que llegas un poco tarde.

—¿Qué le has hecho? —cuestiona con un tono de voz frío y siniestro.

—¿Yo? Nada. Simplemente deje que mis secuaces se divirtieran un poco con él.

—Voy a matarte.

—Puedes intentarlo, pero si lo haces, ¿crees llegar a tiempo para salvarlo?

Frunce el ceño sin entender. Entonces vuelve a mirar a Kacchan. A parte de estar lleno de heridas, también se le veía muy débil. Podía notar como sus ojos se cerraban de apoco, a punto de desmayarse. El corazón de Deku se lleno de miedo y de preocupación al ver a Kacchan así. Tenía que sacarlo de allí. Tenía que llevarlo al hospital cuanto antes.

Por lo que tenía que acabar con él ya mismo.

En ese momento empieza la verdadera cuenta atrás. Deku activa el One For All, activando también el látigo negro. Con el látigo negro agarra y sujeta a Shigaraki, impidiendo que se moviera. Seguidamente activa la palanca de cambios, haciendo que su velocidad aumentara. Atrae a Shigaraki hacia él, propinándole un fuerte y potente Detroid Smash. Pero eso no termino ahí. Deku continúa golpeándolo, sin dejarlo contratacar, hasta que rato después, Shigaraki cae al suelo, derrotado.

Tras eso, Deku no se quedo a observar el cuerpo inerte del villano. Rápidamente se dirigió hacia su novio, desatándolo y agarrándolo entre sus brazos.

—Estarás bien, mi amor, te lo prometo.

Rápidamente Deku salió del edificio, en dirección al hospital.

Al salir tan rápido de allí, Deku no se dio cuenta de las cámaras que lo grabaron al entrar y salir de la guarida. Tampoco se dio cuenta de que su mascara había sido destruida durante su pelea con Shigaraki, por lo que las cámaras grabaron su verdadero rostro, revelándole al mundo su verdadera identidad.

Al llegar al hospital, muchas de las personas que trabajaban allí se quedaron muy sorprendidos al verlo aparecer. Muchos de ellos sentían que habían visto un fantasma. Puede que hayan pasado varios años, pero seguía siendo el mismo. Seguía siendo el mismo chico que desapareció sin dejar rastro años atrás.

Volvieron a la realidad al escuchar la grave voz del antiguo estudiante a héroe.

—Curarlo —demanda—. Y más os vale salvarlo, si no queréis acabar peor.

Asienten asustados y empiezan a moverse. Un medico se acerca a ellos, empujando una camilla. Deku coloca con suavidad a Kacchan sobre ella, seguido de besar su frente y acariciar su cabello suavemente.

—Estarás bien, mi amor. Tu puedes con esto y más. Estaré esperando por ti, te amo. —deja un último beso sobre su mejilla.

Tras eso, levanta la cabeza, lanzándole una fulminante mirada a la enfermera que sujetaba la camilla.

—Cuídalo bien —exige.

—S-Si. —asiente, asustada. Se da la vuelta, alejándose de allí.

Con el corazón en un puño, ve como el amor de su vida se aleja de él, mientras su vida pende de un hilo.

—Estarás bien, mi amor, sé que saldrás de esto. Yo confío en ti.

Todo por ti {Dekubaku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora