Capítulo 5 Cerveza - parte 1

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*Esta historia tiene un alto contenido de violencia, lemon, lenguaje explícito.

*Lo escenarios que se usan son basados en cosas imaginativas, así como reales.

*Los personajes no son de mi propiedad son de Rumiko Takashi, solo son usados para crear ideas locas y bizarras.

*Historia de incesto, se recomienda mucha discreción.

*Si no eres fan de este género, favor de abstenerte a seguir leyendo, y retírate de forma cortes, sin dejar comentarios ofensivos ni atacar ni ofender a nadie, recuerda que es solo lectura y todos somos libres de imaginar lo que nosotros queramos.

*Si por el contrario decides quedarte, bienvenido a este mundo, toma asiento y disfruta de la lectura. 

Capítulo 5

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Capítulo 5

Cerveza - parte 1

¿hacia dónde nos dirigimos en esta noche oscura? La luz de la luna es nuestra única guía. El dolor y la tristeza son imborrables, pero no dejare que apaguen el fuego que guardo en mi interior ¿Para quién lo hacemos? Atravesare este sentimiento, en la oscuridad o bajo el sol, hasta el día en que brille la luz.

[.]

La luz comenzaba a entrar por la ventana, el viento ondeo ligeramente aquellas cortinas blancas, dejando entrar esos tenues rayos de sol, que se posaron agradablemente en aquel rostro, frunció el ceño después de unos segundos, trato de evitar aquella luz, opto por darse la vuelta. Quería dormir, pero no resultaba. Segundos después, se recostó boca abajo, hundiéndose entre la suavidad de aquellas almohadas, tenuemente perfumadas a ese olor a jazmines, recordando que alguien faltaba en esa cama, estiro el brazo, tocando aquel espacio vacío. No estaba nadie.

Un ligero gruñido salió de sus labios, elevando el rostro, abrió sus dorados ojos, intento enfocar el entorno, pero ni rastro de la chica, quería dormir por lo menos hasta el mediodía, trato de volver a conciliar el sueño, encontrando una posición de lo más cómoda. Poco le duro el gusto, al oír a lo lejos los cuchicheos de una voz ya conocida para él, un gato que no dejaba de maullar desesperado, combinada con el sonido del agua, causo una especie de eco, desde aquel lejano cuarto de baño, pasando por el pasillo, hasta llegar a su habitación.

— Maldita sea.

Se levantó con pesadez, mirando por la ventana como la gente transitaba en las calles, al igual que los autos, motocicletas y un par de bicicletas. Cerro los ojos, pasándose la mano por el cabello plateado, lo desenredo con elegancia, se giró solo un poco, encontrándose en su buro, aquella cajetilla abierta, encima el encendedor, sin pensarlo dos veces, prendió uno, colocándoselo en la boca.

Pensaba que ese día, ese preciso y jodido día, habría paz, pero no, aquel gato le quitaba mucha de la atención que quería de la joven, y esa mañana era el caso. Se puso sus pantalones de franela y camino por todo el pasillo, llegando a donde el ruido se volvía más fuerte. Sin miedo a nada, coloco la mano en la perilla, abriendo la puerta de la habitación.

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