Capítulo 20 - 10 de octubre

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*Esta historia tiene un alto contenido de violencia, lemon, lenguaje explícito.

*Lo escenarios que se usan son basados en cosas imaginativas, así como reales.

*Los personajes no son de mi propiedad son de Rumiko Takashi, solo son usados para crear ideas locas y bizarras.

*Historia de incesto, se recomienda mucha discreción.

*Si no eres fan de este género, favor de abstenerte a seguir leyendo, y retírate de forma cortes, sin dejar comentarios ofensivos ni atacar ni ofender a nadie, recuerda que es solo lectura y todos somos libres de imaginar lo que nosotros queramos.

*Si por el contrario decides quedarte, bienvenido a este mundo, toma asiento y disfruta de la lectura. 

 

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Capítulo 20

10 de octubre

Ven a mí, antes de que mi control colapsé, no me temas cariño, comopájaros que no pueden volar solo soñamos con el cielo, este amor es algooscuro, es de un rojo inusual, cubrí mis oídos de ese sonido, cuando tocaban lapuerta llamándome ¿serias tú el que estaba tocando? O tal vez ¿alguien más?¿PROBARIAN TUS LABIOS EL BESO DE LA MUERTE?

[.]

habían pasado más de tres semanas desde que Kagome regreso ala universidad, el proceso al principio fue difícil, recordar a kikyo en aquelestado aun la hacía despertarse por las noches, incluso ver aquellas pinturasen la escuela le decían que aquello no fue una pesadilla. Fue tan real como eldeceso de aquellas víctimas, preguntándose ¿qué paso después de eso?, no quisoindagar en el tema, tampoco se hizo noticia, eso en parte le ayudaba a sentirsemejor, no estaba preparada para algo tan llamativo ni complicado como reviviraquello una y otra vez.

Sus pensamientos en ocasiones se desviaban ante aquellosactos, pero el cariño de sus amigos y la protección y cuidados de Sesshomaruhabían hecho que poco a poco el mal rato pasara, dejándolo en el recuerdo.

Esa mañana, decidido descansar un poco más, últimamente sulugar para conciliar el sueño era en los brazos del de ojos dorados, escuchó eltimbre del teléfono un par de veces, estirando la mano para tratar de alcanzarloen aquélla mesita de noche, la cual, también ya tenía sus cosas.

Con la punta de los dedos, inspecciono el espacio,detectando el aparato, tomándolo al final para solo visualizar tenuemente dequien se trataba, mirando el nombre de su tío en la pantalla.

—     ¿si?

—     No me digas que aun sigues en la cama. —menciono el hombre del otro lado del auricular.

—     Ya... me iba a levantar — cerro los ojos.

—     Kagome... te estas quedando dormida ¿verdad? — caminopor los pasillos hasta subir por el elevador.

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