Capítulo 29 Manos entrelazadas

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*Esta historia tiene un alto contenido de violencia, y GORE en algunos casos, así como lemon, lenguaje explícito.

*Lo escenarios que se usan son basados en cosas imaginativas, así como reales.

*Los personajes no son de mi propiedad son de Rumiko Takahashi, solo son usados para crear ideas locas y bizarras.

*Historia de incesto, se recomienda mucha discreción.

*Si no eres fan de este género, favor de abstenerte a seguir leyendo, y retírate de forma cortes, sin dejar comentarios ofensivos ni atacar ni ofender a nadie, recuerda que es solo lectura y todos somos libres de imaginar lo que nosotros queramos.

*Si por el contrario decides quedarte, bienvenido a este mundo, toma asiento y disfruta de la lectura. 

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Capítulo 29

Manos entrelazadas

— ¡HORA DE IRNOS!

Inuyasha salía del cuarto de Kagome, listo para lo que fuera a suceder, su cabello blanco resaltaba en aquel traje de etiqueta en color perla, por una extraña razón, las puntas de su cabello, se ondularon, dejando ver al joven aún más lindo de lo que ya era; sus ojos ámbar deslumbraban con ese brillo aniñado que aún conservaba, esa sonrisa infantil que poseía, las expresiones de inocencia. Naraku se le quedo mirando desde la distancia, llamando también la atención de la pequeña Rin, quien, no dudo en abrazarlo cuando se acercó a la puerta, contestando esto con un sutil abrazo y varias risas que se dejaron escuchar después.

El de ojos carmesíes no podía quitarle la mirada de encima, sintiendo una extraña punzada en el pecho, solo cerro los ojos para dirigirse al espejo, que estaba al otro lado del pasillo su traje en color negro era de verdad elegante, no podía resaltar mucho, ya que el joven Taisho, tenía que destacar tanto en formalidad como en melodía.

Ante lo sucedido minutos antes, Kagome se fue relajando, por un momento había sentido un dolor en la cabeza bastante fuerte, cerro un momento los ojos, solo para tener una imagen un poco más nítida de un enorme árbol de cerezos.

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