Las circunstancias no son nada favorables en la vida, y menos para Kagome Higurashi, una estudiante universitaria con un enorme corazón y un aura amable, con problemas de magnitudes descomunales, la única persona que la salva es su tío Sesshomaru, a...
*Esta historia tiene un alto contenido de violencia, lemon, lenguaje explícito.
*Lo escenarios que se usan son basados en cosas imaginativas, así como reales.
*Los personajes no son de mi propiedad son de Rumiko Takashi, solo son usados para crear ideas locas y bizarras.
*Historia de incesto, se recomienda mucha discreción.
*Si no eres fan de este género, favor de abstenerte a seguir leyendo, y retírate de forma cortes, sin dejar comentarios ofensivos ni atacar ni ofender a nadie, recuerda que es solo lectura y todos somos libres de imaginar lo que nosotros queramos.
*Si por el contrario decides quedarte, bienvenido a este mundo, toma asiento y disfruta de la lectura.
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Capitulo 16
Días de perversión parte 2 + Extra
Tu amor me tiene luciendo como loca en este momento, me tienes luciendo como una loca en este momento, tus caricias, me tienen luciendo como una loca en este momento, me tienes esperando un mensaje tuyo en este momento, tus besos, me tienen esperando que me salves ahora mismo.
DIA 3
La caja estaba abierta, sus ojos no dejaban de parpadear, tratando de detener el llanto que amenazaba con salir, en sus manos sujetaba unas cuerdas de algodón, de un tono rojo, suaves y a la vez, bastante resistentes, era un día más para aquellas pruebas de sumisión, no había dormido mucho, sus ojos estaban cansados, así como su cuerpo, el cual, estaba reciéntenlo todo lo que paso en ese fin de semana y aún quedaban dos cajas.
Suspiro con resignación, tratando de inventar algo, ese día tenía que ir a la universidad, Bankotsu se había tomado un descanso para poder ayudar a Shippo, tampoco se pudo comunicar con Kagermoaru, pedirle disculpas era lo primordial, sabía que lo había metido en un fuerte aprieto con su tío, pero, no podía hacer nada.
El de cabellos plateados se adentró a su habitación, mirándola con aquella cuerda en las manos, ladeando un poco la cabeza, sonrió ladinamente.
— ¿sabes para que la usaras? ¿cierto?
— Desvió sus ojos, hasta encontrarse con los del mayor — ¿colgarme?
— ¿crees que te liberaras tan fácil? — su pregunta lo había cabreado, aun así, se tornó tranquilo, camino hasta ella para de un solo movimiento tomarla del brazo y levantarla. — espero que no hagas ese tipo de bromas en el futuro, porque te colgare, y no te gustara saber cómo. — gruño cerca de su boca, arrojándola a la cama. — desvístete.
— Podemos... solo por hoy, ¡parar!... tengo clase — lo miro desde la cama.
— No — se le quedo mirando, aquella mirada suplicante, más que convencerlo lo estaba excitando, sonriendo un poco, siguió con lo suyo.
