DÉJÀ VU ━━ [En curso] 《66》

Capítulo dos: Añoranza

[Tn]

La tarde está algo fría. Creo que debí traerme un abrigo más grueso que éste.

Mierda, que es talla pequeña y que hace mucho dejó de quedarme como debería. Ahora, las mangas se ciñen mucho y el primer botón apenas puede ser introducido en el ojal.

Me siento (justo como diría una de mis tías): «como un tamal muy mal amarrado».

Aunque mis ciento cincuenta y un libras de peso no encajen bien con este abrigo beis, todavía sigue gustándome.

Siento que la gente me mira. Aunque no sé distinguir de qué manera lo hacen. Tal vez es paranoia o mi inseguridad. O quizá solo he exagerado un poco con mi atuendo.

Uso una blusa cuello de tortuga de estampado de leopardo, pantalones negros de tela spandex y botitas italianas de piel color marrón; son de tacón ancho y cuadrado.

Ya no me parece que fue buena idea vestirme así para ir al cine, mucho menos sola y viajando en autobús.

Camino por la acera y cruzo la calle hasta el otro lado con la bolsa de la tintorería en la mano izquierda, y, mi The Tote Bag de Marc Jacobs de tono verde olivo cuya asa negra cuelga del hombro de ese extremo. Reviso mi móvil en tanto espero porque el hombrecillo blanco del semáforo me indique que puedo pasar.

Son casi las cuatro y la película comienza a las siete y media. Con lo mucho que duran los anuncios comerciales a lo mejor la función empezará a las ocho. Creo que todavía tengo tiempo de ir a casa para cenar y cambiarme este atuendo demasiado elegante por otro más cómodo.

Cruzo la calle considerando el posible flujo de tráfico. Supongo que no hay problema. Sí puedo ir a casa, cenar, cambiarme y coger el siguiente autobús con toda tranquilidad con destino a la zona comercial.

Me paro junto a la caseta de metal para esperar por el número de autobús. Reviso entre mi música y elijo I Still Haven't Found What I'm Looking For de U2, antes de colocarme los AirPods Max Pro de diadema color naranja y cascos rosa dorado.

El intro inunda mis oídos a medida que subo el volumen. Me gusta la sensación de silenciar el mundo y perderme en las notas musicales cuando estoy sola, o en la calle así como ahora.

Me acomodo en la banca de metal pretendiendo ser un camaleón. Un ojo esta puesto en la pantalla de mi móvil y el otro se encarga de vigilar que mi autobús no me ignore y pase de mí.

Mientras me olvido por un momento del vehículo, fijo mi atención en lo brillante que lucen los edificios con las últimas energías del astro que los ilumina allá en Century City.

Comienzo a tararear la canción, inconscientemente al principio y con mucho sentimiento segundos después.

Justo hoy por la mañana estuve charlando con mi hermana acerca de lo mucho que me identifico con esta canción.