DÉJÀ VU ━━ [En curso] 《66》

Capítulo dieciséis: Pinky Promise

Acabo de redactar esto, así que la revisión en busca de errores está pendiente. 🥺

Shanks

Mi Melody se ha quedado mirándome, sin saber qué decir, aunque tengo la impresión de que desea encontrar en mis ojos, una respuesta para cada pregunta que debe rondar por su mente justo ahora.

Casi puedo imaginar lo que pasa por esa cabecita suya: «¿Por qué yo, Shanks?» «¿Por qué me pides que sea tu novia?» «Puedes tener a cualquier mujer. ¿Por qué yo?»

Sí, esas deben ser las cuestiones que mas resuenan en su interior porque es muy insegura, y apuesto a que debe haber apilado más interrogantes que esas, y que no se ha atrevido a plantearme.

No tendría problema alguno en responder a cada pregunta, pero supongo que no ha querido bombardearme con ello.

Aprovecho que la tengo apegada a mi cuerpo, y la tomo por debajo de la barbilla antes de que baje la mirada y se aparte de mí.

—Shanks... —dice, finalmente—, yo no quiero que me lo pidas porque te he comentado cómo se hacen las cosas en mi país de origen. No es como que tengas que...

—Mi Melody —la interrumpo—, durante nuestra cita en la playa te dije que si tenía que responder a una pregunta relacionada con el hecho de si estoy saliendo con alguien o no, me encantaría decir que estoy saliendo contigo.

—Pero no quiero que te sientas de alguna manera presionado con lo que te dije.

—¿Luzco como alguien que se deje presionar o que haría algo porque se siente presionado? —contraataco.

Se muerde el labio inferior y aparta la mirada. Es lo que hace cuando está nerviosa o no sabe qué decir. Lo he notado.

Esos escasos segundos de silencio por su parte, me han hecho especular sobre sus ojeras, y en el semblante decaído que apagaba su linda carita hace unos instantes. No ha dormido bien. O quizá no ha dormido.

Creo que tiene que ver conmigo y con la idea de que a lo mejor yo no me hubiese tomado bien la charla, sobre la manera en que se hacen las cosas en su país.

Venga, que «sal conmigo» y «¿quieres ser mi novia?» para mí es prácticamente lo mismo, aunque tiene razón, lo primero es bastante informal, y lo segundo se siente como algo más que apilar citas sobre citas.

La quiero para mí, y voy a hacer que lo entienda; sobre todo, que lo crea.

—No —contesta a la postre—, no pienso que seas alguien que haga algo, o que sucumba porque se siente presionado.

Sonrío, y no por su respuesta. Su nivel de inglés ha mejorado considerablemente en menos de un mes. Su pronunciación ahora no es nada parecido al de la chica que hablaba con timidez y miedo a equivocarse. No es el momento de pensarlo, pero me da gusto, sobre todo, porque quiero pensar que se debe a todas esas horas acumuladas charlando conmigo.