Capítulo seis: Polución nocturna

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Shanks

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Shanks

Esto es repentino, pero no me importa.

No, no me importa, pero aún así, no puedo creer que después de charlar por largo rato en la playa, ella hubiese aceptado salir a dar un paseo conmigo.

Esto es cliché y quizá vulgar, debo decirlo, porque he escuchado que este sitio, justo debajo de las gigantescas letras de Hollywood, es bastante usado para tener sexo.

Pero aquí estoy, penetrando como bestia en celo a esta mujer que tanto me ha atormentado en sueños.

La sostengo por debajo de los glúteos mientras ella me besa desenfrenadamente. Agradezco por su falda corta, aunque de todos modos la ropa nos estorba, lo sé, pero no es muy aconsejable que nos desnudemos en un sitio donde podríamos ser arrestados en caso de ser descubiertos.

Qué excitante...

Gime en mis labios y no sé qué viene primero, su orgasmo, o mi semen que amenaza con ser disparado en el condón.

La penetro con más rudeza casi olvidando que su espalda choca contra la base.

Mierda... Quería que esto durara un poco más, pero la he deseado tanto que estoy por correrme.

—Shanks... —gime, echando la cabeza hacia atrás.

Gruño yendo más rápido y más fuerte.

La iluminación de Mount Lee no se extiende mucho hasta aquí abajo, pero aún así logro atisbar sus pechos que rebotan con cada movimiento.

Me tenso, y mi carga erupciona justo ahora que ella me aprisiona la cadera con sus pantorrillas, y el pene con sus espasmos internos.

Se yergue respirando agitada. Me sonríe, y al instante adoro ese gesto que denota su complacencia.

How about a dance, with a catch? —canta repentinamente.

—¿Qué? —le pregunto, frunciendo el ceño. Y no es porque me moleste sino... ¿Cómo sabe acerca de esa canción.

It takes more than just will to un-strike the match. Take my hand. Try my best. It takes more than a song to get her undress.

—Oh no... —murmuro. Y mi sonrisa se va a la mierda.

—Smile like you know why...

Me siento abruptamente dirigiendo la mirada hacia la mesa de noche a mi lado derecho. El móvil vibra con Hesitation Waltz de Dear Boy, la canción que ha sonado cada día desde que la configuré con mi alarma.

Suspiro. Después me inclino casi al tiempo que flexiono las pantorrillas para apoyar los codos sobre las rodillas. Esto no está bien. No está bien.

Desde hace varias semanas ni siquiera he dormido lo que debería, y si logro conciliar el sueño, me levanto por la mañana sintiéndome mas cansado que el día anterior.

DÉJÀ VU ━━ [En curso] 《66》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora