El sonido del viento entrando a la cueva y el goteo del agua fue lo primero que escuchó al abrir sus ojos. Izuku ya no tenía percepción del tiempo tanto como antes, pero no era algo que le pareciera molesto, su cuerpo era su propio reloj pues parecía despertar siempre a la misma hora. Restregó con suavidad uno de sus ojos quitándose el poco sueño que aún quedaba, bostezando y estirándose en su sitio aún siendo cubierto por varias pieles.
Solía dormir de esa forma, con muchas de ellas encima más que nada como precaución en caso de transformarse dormido y despertar desnudo. Observó su alrededor admirando cada pequeño detalle como lo había estado haciendo desde hace ya unas semanas atrás, ¿O días? No importaba. Quería tener fresco en sus recuerdos cada momento de su hogar junto a Katsuki. Su mirada pasó del techo húmedo, las piedras que había estado acomodando en sus tiempos libres que le daban un toque estético y acogedor al sitio.
Algunas con algo de musgo, otras muy grandes simulando ser mesas junto a más pequeñas como asientos. Los pequeños estanques de agua que parecían no tener fin por más que bebiera de ahí. Varias pieles apiladas sobre una de esas improvisadas "mesas", mismas que antes hubiese querido poder manipular para tener ropa, pero después de mucho intentarlo decidió sólo seguirle la corriente al resto en mantenerse en su forma animal fuera de la cueva y usar un par de pieles amarradas a su cintura cuando tuviese la necesidad de estar como humano junto a los demás.
No había mucha necesidad de ser humano en el bosque. Todos preferían ir como animales consiguiendo comida, haciendo de guardia cuando Katsuki descansaba o explorar el bosque; esto último lo había estado haciendo junto a Denki y Kirishima quienes solían invitarlo a pasear con ellos o acompañarlos durante alguna cacería para que pudiese distraerse pues creían que estar todo el tiempo metido en el refugio o su cueva le terminaría por hacer mal.
Motivados principalmente por las pocas veces en que veían al peliverde con una mirada perdida, él solía decirles que no ocurría nada. "Estoy bien" eran las palabras que siempre escuchaban una vez él notaba que estaban preocupados. Las salidas al bosque habían sido de mucha ayuda, correr entre el pastizal que habían encontrado a una distancia razonable del refugio fue lo que más llenó de emoción su pequeño corazón.
La primera vez que lo hizo, al volver a casa, no sabía cómo expresar lo que sentía cuando le contaba a Katsuki sobre su paseo con los beta. El rubio sólo lo veía mover con emoción sus brazos, hablar con tanta energía por un buen rato como si la vida se le fuese hablando, con sus ojos brillando tanto que creyó jamás encontrar algo que pudiese brillar a su mismo nivel. Sonrió más tranquilo.
Antes de todo eso Katsuki había estado teniendo constantes pesadillas en donde se encontraba rodeado de girasoles que parecían verlo, seguirlo y después marchitarse perdiendo su color. Un viento tan fuerte que arrancaba de raíz todas las flores llevándose con él incluso el color de todo a su alrededor escuchándose sollozos lastimeros, la voz rasposa de Izuku llamándolo, él levantando su mano hacia los girasoles intentando que no los alejen de él.
No comprendía el por qué de sus sueños, pero habían dejado de ser tan constantes desde aquella plática con él sobre lo emocionante que fue correr en el pastizal sintiéndose libre porque él lo comprendía. Izuku parecía por momentos frustrarse por no saber con qué palabras describir todo aquello que sintió, la felicidad, emoción y otras cosas que hacían latir tanto su corazón.
— Eso que sentiste — comenzó, llamando su atención, pudo escuchar su propio corazón latir en cuanto pudo sentir esa mirada esmeralda encima suyo — se llama libertad.
La conocía, fue su más grande amor durante mucho tiempo. Desde su primer recuerdo de él y su padre correr por el bosque hasta un sitio rocoso de donde se lanzaban para caer a una laguna, era consciente del cómo se sentía. Respirar aire puro, sin ataduras, remordimientos o algo más en sus pensamientos que no sea las vistas del momento, las personas con las que se comparte y la felicidad que da la mezcla de todo eso.

ESTÁS LEYENDO
Una vida en el campo [KatsuDeku]
FanfictionIzuku Midoriya ha vivido en el campo junto a su madre desde siempre cerca de un frondoso bosque y un pequeño, pero acogedor pueblo. Su vida fluye con calma hasta el día en que avisan que en el santuario local han rescatado a un lobo mal herido. Moti...