XXIII

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La mañana llegó y con él los lobos beta de la manada con comida. Izuku al fin podía salir de la cueva con su apariencia humana gracias a las pieles que el día anterior sobraron y que pudo darles forma para taparse, no era demasiado pues necesitaría tijeras, hilo y aguja para hacer algo más "normal", pero por ahora la piel de un jabalí era suficiente para ocultar su intimidad.

Por ahora su trabajo era principalmente preparar la carne junto a Mina quien se ofreció a aprender y acompañarlo en la "cocina" pues no había algún integrante de la manada en cinta para poner en práctica sus conocimientos como partera. Katsuki solía salir temprano a observar los alrededores por unas horas asegurándose de que fuese otro día seguro para su manada.

En las salidas de Kirishima y Denki solían buscar a más cambia formas que quisieran formar parte de la manada pues, a pesar de lo orgulloso que fuese su alfa para decir así sin más que necesitaban a más, ellos eran conscientes de ello, era como misiones secundarias. Aunque por ahora no habían tenido suerte.

— ¿Las manadas son de cualquier tipo de animal? — Izuku decidió iniciar una conversación sobre el tema de cambia formas de nuevo ya que sabía que era temas que les fascinaba hablar a los demás, más que nada porque de esa forma podrían obtener a cambio información también sobre la relación de él y Katsuki o sobre la vida humana, aunque esto era un motivo que el peliverde desconocía.

— Sí, existen grupos así, son los más comunes. Aunque en el caso de los lobos es extraño que mezclen a más de dos especies, mi madre me contaba de ello, el cómo los alfas solían aceptar en su grupo sólo aquellos que veían que fuesen útiles. Es común, por ejemplo, que la partera del grupo sea justo alguien que no sea un lobo o tal vez la mano derecha del alfa, pero sólo uno o dos. El resto suelen ser lobos

— Por eso es que es raro ver a un conejo como pareja de un lobo, eso es extraño — Denki soltándose un poco.

— Que sea fuera de lo normal no quiere decir que sea malo — se apresuró en decir Kirishima en cuanto vio al peliverde pensar en lo dicho por el rubio beta, no quería agregarle más estrés al omega. Suficiente tenía con el tema de su familia, agradecía que Katsuki se encontrara algo alejado o de lo contrario Denki estaría siendo regañado nuevamente. El estrés en un omega podía ser asunto serio.

— Descuida, sólo me parece curioso lo que mencionó — levantó su mirada observando a todos antes de sonreír grande — el que esto sea nuevo me hace sentir muy bien, es una conexión especial

Kirishima y Mina sonrieron junto con él sintiéndose más tranquilos con la percepción de Izuku, dejando el tema hasta ahí al menos por ese día en lo que seguían con la comida y esperaban hablar trivialidades o asuntos de cómo harían más cómodo el territorio, al menos hasta que Denki volvió a hablar.

— Ya, pero son depredador y presa. ¿Y si te intenta meter mordisco para comerte? — esta vez no esperaron a que Katsuki lo escuchara, simplemente ambos le metieron un estate quieto.

Unas horas pasaron hasta que al fin decidieron que era momento de comer. Izuku se estaba acomodando para comer junto a sus nuevos amigos, pero Katsuki lo llamó con la mirada desde la entrada de la cueva antes de entrar pidiendo comer juntos sólo con eso. Se disculpó con el grupo por no poder compartir ese momento con ellos y corrió cueva dentro en donde encontró a Katsuki en su forma humana tapando su virilidad con algunas pieles que se usan como cama.

Se detuvo por un instante en su sitio al notarlo, algo avergonzado siendo consciente que sólo lo ocultaba un trozo de piel. Aún así siguió adelante, era mucho más su felicidad por poder pasar ese momento con él, estar rodeado de su aroma todo el tiempo que entraba a ese sitio le hacía extrañarlo más cuando salía a vigilar la zona. Había tenido tantas preguntas en mente mientras hablaba con los chicos, pero una vez estuvo frente a él todas se disiparon.

Una vida en el campo [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora