El santuario abría las puertas nuevamente como todas las mañanas desde su inauguración hace ya mucho tiempo, nadie prestaba demasiada atención en las fechas, Aizawa era consciente de ello y por eso había dejado de mencionar tantos detalles del pasado a los visitantes a menos de que preguntaran por ello. Siempre era así, daba sólo lo necesario de información a todo, inclusive sobre su vida personal. Era esa la razón por la cual nadie sabía casi nada de él, quién era realmente, sus pasatiempos, gustos, ¿En dónde vive? ¿Qué hace cuando el santuario cierra?
El único que podía presumir que sabía la respuesta a muchas de esas incógnitas era su gran amigo de la escuela media Hizashi Yamada, conocido por los niños del pueblo como el señor "Present Mic" por siempre tener a la mano un pequeño micrófono y una bocina a su cintura cuando le toca dar el recorrido por el pequeño zoológico o dar charlas ambientales. Tantos años juntos y el haber sido tan insistente con estar presente en varios eventos de su vida lograron dar sus frutos conociéndose mutuamente.
Hizashi sabía lo reservado que era el pelinegro, siempre tratando de evitar soltar su lengua. Hablando muy poco y dando lo justo cuando se le pedía, pero había una excepción a la regla con un pequeño peliverde y su madre. Un par que sacaban de sus casillas a Aizawa todo el tiempo, sobre todo la mujer mientras el pequeño era un recién nacido. Toshinori la había llevado al santuario en una ocasión para darle trabajo en lo que encontraba uno mejor, fue sólo verla para sentir un terrible escalofrío que recorría toda su espina dorsal dejándole una sensación toda rara como si aquello fuese la señal divina de que conocerla desencadenaría sucesos terribles.
Y así fue, pero no tan graves en un comienzo. La mujer parecía ganarse a los guarda bosques con demasiada facilidad en tan poco tiempo. Hizashi ya le había enseñado todo sobre los animales que tenían a su cuidado, las instalaciones, consejos para tener un ambiente adecuado de trabajo, manejar a los visitantes, los trabajos que se podían realizar para obtener mejor sueldo a final de mes. En fin, todo lo que había obtenido de experiencia desde su llegada.
Toshinori se encargó del pueblo. La presentó a todos los ciudadanos pues no eran demasiados viviendo en el sitio, los mejores sitios para comprar lo necesario para vivir, consejos de agricultura, cómo distinguir un buen corte de carne. Anécdotas de sus primeras semanas en el pueblo pues él también era de ciudad a diferencia de Hizashi y Aizawa que venían de otro pueblo. Datos curiosos sobre varias personas.
Después de un tiempo Hizashi y Aizawa acompañaron a Inko a su pequeña casa a petición del rubio quien tenía curiosidad sobre el sitio donde se estuviese quedando la mujer, fue ahí que Aizawa comenzó a dar sus aportaciones una vez vio que la joven tenía un hijo. ¿Cómo era posible que ella saliera de casa dejando a su hijo a cargo de una mujer que recién había conocido? ¿Siquiera ella había tenido ya uno propio o experiencia cuidando alguno?
Hizashi descubrió entonces algo nuevo de él: una debilidad silenciosa a los niños.
Aizawa comenzó a recurrir a Inko para darle consejos sobre el mantenimiento de su casa, ayudarla con el campo detrás de la casa y una pequeña parcela al frente para cultivar, qué cosas podía comer su pequeño cada que veía que crecía unos cuantos centímetros. Era demasiado atento a cada detalle, el primero en correr a ayudar a la mujer cuando le notificaba o se enteraba que el retoño había caído enfermo. El que ofrecía su carro para llevarlo a un mejor hospital a la ciudad más cercana por si se ponía grave, de los que cooperaba más dinero cuando tocaba ayudarla monetariamente por si necesitaba comprarle cosas de escuela, ropa nueva, juguetes.
Incluso fue quien llevó a Izuku y sus amigos a la ciudad cuando decidieron vivir ahí por un tiempo, ayudando a verificar que el departamento a rentar era seguro y que no le hiciera falta algo antes de iniciar los estudios.
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Una vida en el campo [KatsuDeku]
Fiksi PenggemarIzuku Midoriya ha vivido en el campo junto a su madre desde siempre cerca de un frondoso bosque y un pequeño, pero acogedor pueblo. Su vida fluye con calma hasta el día en que avisan que en el santuario local han rescatado a un lobo mal herido. Moti...