Topper era un gran idiota, pero nos había dado un lugar donde quedarnos y ropa limpia. Aunque al parecer a Rafe le había importado muy poco que su padre nos corriera de la casa y solo quería divertirse.
La mañana aún ni siquiera comenzaba y ya se encontraba bebiendo, mientras que yo estaba observado las vistas de la playa. Una que otra bruja se le acercaba a coquetear y el se dejaba sin pensarlo, un fastidio total.—¡Rafe Cameron! —Escuche exclamar, un idiota trataba de llamar la atención. Rafe fue de inmediato a ver de qué se trataba, Topper fue detrás de el.
Trate de no prestar atención para no involucrarme en sus problemas, pero al escuchar a Rafe quejarse me acerque a ver lo que ocurría. Apenas llegue se levantó del piso, el sujeto amenazaba a Topper. Creo haberlo visto antes...
—Controla a tu hombre —Me señaló de mala manera para subir a su auto. Que rayos se supone que estaba pasando y por qué golpeaba al idiota de Rafe sin razón.
—¿Que fue lo que acaba de pasar?
—No te interesa —Fue su respuesta clara. Nunca tuvimos buena comunicación, siempre eran insultos o reclamos, prácticamente le importaba un carajo si me preocupaba por el o no.
—La herida —Trate de ver su brazo pero lo apartó para tomar sus llaves del piso.
—¿Que vamos a hacer? —Cuestiono Topper, su mirada reflejaba angustia y preocupación.
—No es mi problema.
—Estamos hablando de Sarah.
—Me importa una mierda Sarah, Emory toma tus cosas —Me ordenó, odiaba que siempre creyera que podía estar a su disposición en todo.
—¿Que se supone que haras? No podemos dejar que ese imbecil le haga algo.
—Llevare a mí mujer a comer algo, eso es lo que hare.
—¡Es tu maldita hermana!
—Ahora es mí jodida hermana —Se quejo colocándose el casco —¿Vienes o te quedas?
—Quiero una explicación antes.
—Entonces vuelve caminando —Me respondió. Típico de el y su forma tal fría y cortante de ser.
Al final no tuve otra opción que ir con Rafe sin cuestionar nada, Topper iba detrás de nosotros en su moto tratando de alcanzarnos. Rafe iba demasiado rápido, trataba de abrazarlo con todas mis fuerzas o caería, de pronto comenzó a tocar bocina.
—¡Estaciona esa mierda!
La caravana se estacionó, Rafe se detuvo en frente para evitar que escaparan. No comprendía lo que estaba ocurriendo, Rafe dio unas palmadas en mí pierna para hacerme entender que me bajara.