61✧*|Gustos.

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CAPÍTULO 61= Gustos.

Tuve que disculparme por teléfono con Alonso por no haber asistido a su graduación aunque él me aseguró que no fue la gran cosa, no obstante, luego de que finalizamos la llamada me envió un video del evento y vi que fue increíble, en especial porque su discurso empezaba diciendo: ¡Hoy estamos aquí para celebrar que yo me gradué y todos ustedes no!

No le dije a mi hermano lo del falso embarazo, no quería que se preocupara ni deseaba arruinarle su gran día, así que le aseguré que solo había dormido y comido poco en los últimos días y que la doctora me recomendó descansar, lo cual no era del todo mentira, sí debía descansar.

Sin embargo, para Sanden, descansar incluía que él estuviera recostado a mi lado rodeándome con sus brazos y presionando su boca en mi cabello y el resto de su cuerpo en mi costado. Lo cual aún no sabía si me gustaba o me molestaba.

-¿Crees que el dolor se irá rápido con esas pastillas? - le pregunté queriendo acabar con nuestro silencio y a la vez deseando no volver a sentirlo. Iban casi cuatro días de estarme doblando de dolor y no parecía mejorar. Me sentía cansada y comenzaba a temer que este dolor nunca se fuera ¿Qué tal si vivía con él el resto de mi vida?¿Qué tal si estaba condenada a retorcerme para siempre?

Quería llorar de solo pensarlo, pues no había nada bueno en esto, excepto quizás que a cada segundo me sentía más y más mojada. No importaba que me bañase más de una vez al día y que fregara el jabón especialmente en esa zona. Y bien salía de la ducha me volvía a sentir caliente y ya no de una forma agradable.

-Eso espero, no puedo verte sufrir Babygirl, no me gusta- enterró su cabeza en mi cuello y repartió besos.
-Pero si no mejoras para mañana por la mañana buscaré la mejor clínica del mundo y te llevaré.

-No exageres- murmuré estirando el cuello para darle más piel que besar.

-No exagero, me tienes preocupado.

-Entonces no te preocupes, mira, si estoy así es porque estoy bien- tomé su mano y la dirigí al interior de la falda de mi vestido, él entrelazó nuestros dedos y yo nos guié por mis muslos ascendiendo nuestro camino por mi piel acariciándome cada centímetro sin detenernos hasta que llegamos al calor entre mis piernas y él pudo sentir mi humedad.

Su cuerpo se tensó junto al mío y se relajó cuando guié nuestros dedos dentro de mí con suma facilidad.

-¿Te estuviste tocando sin mi permiso? - cuestionó esta vez usando su lengua para trazar caminos por mi cuello. -No recuerdo haberte permitirdo tocarte.

-Y no lo hice- empujé nuestros dedos más adentro, tuve que contener un gemido y controlar mi respiración para volver a hablar-Estoy así desde que me dejaste en la isla, pensé que era por ti, que mi cuerpo extrañaba tanto a tu pollito que se derretía de necesidad, pero no importa cuantas veces me bañe o limpie, casi al instante vuelvo a estar mojada- le conté y retiré nuestros dedos, él tomó el control de nuestras manos esta vez y las guió a su boca dejándole a su lengua la tarea de limpiarnos. -Asi que si estoy excitada como de costumbre, entonces estoy bien- le aseguré.

-El sabor es diferente- soltó de repente y alcé la cabeza para verlo.

-¿A qué te refieres con que el sabor es diferente?

Él encogió los hombros y señaló mis faldas.

-No tienes el mismo gusto que siempre.

-No sabía que eras un experto en jugos vaginales- le solté liberando al mismo tiempo mi mano de la suya. -Iré a bañarme y luego de esos enterrarás tu cara entre mis piernas y verás que tengo el mismo gusto, no estoy sucia- le gruñí.

Sanden: Una noche olvidable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora