✧*III : Brisan.

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CAPÍTULO III: Brisan.

Mientras caminábamos por los pasillos hacia el lado inocente de la casa, decidí que no iba a permitir que otro ex apareciera en mi puerta y me tomara por sorpresa, así que esa misma noche luego de que Sanden, los niños y el bebé se durmieran me salí de la cama y llevándome al bebé conmigo y recostándolo con mucho cuidado en el sillón de la sala comencé mi investigación.

Primero llamé a Alonso pidiéndole ayuda. No estaba segura del número exacto de chicos con los que había salido, pero si de algo estaba segura era que Alonso recordaba todos y cada uno de los chismes de mis citas y luego de una llamada que duró casi una hora donde acordamos que mañana él y Reygi vendrían a quedarse por unos días para ayudarme a encontrar al verdadero papá del bebé, corté y comencé a anotar los nombres de cada chico en un papel y sus historias.

Eran diez en total y todos excepto dos me habían llevado al restaurante Diamond.

Hice una mueca ante eso y miré al bebé que dormía placidamente acurrucado sobre la mantita y la almohadita que le saqué a Sanden.

-Espero que tu papi no esté entre los que me llevaron a ese restaurante, de lo contrario tendré que golpearme la cabeza- le dije sabiendo que no me entendería y que estaba profundamente dormido como para hacerme caso y anoté su nombre arriba de los posibles papis.

Bebé.

Aunque no me gustó que solo estuviera esa palabra ahí. Se sentía demasiado fría y solitaria, así que lo taché y puse el primer nombre que se me vino a la cabeza y el cual pertenecía a una novela turca que recuerdo que Alonso y yo miramos hace unos años:

Aizen.

Se me ocurrieron muchos apodos graciosos casi de inmediato. Si el nombre se quedaba, mi pobre Aizen se pasaría toda la vida preguntándose si la gente se queja de algún dolor o si lo llaman a él cuando dijeran "Ai".

Entre risitas anoté el nombre y lo decoré haciendo estrellitas y corazones a su alrededor. Luego hice flechitas que bajaban y apuntaban a cada uno de los diez nombres que tal vez podrían o no pertenecerle a su verdadero papi.

Miré todos y cada uno, admirando lo bonita que había quedado mi investigación con tantos colores y dibujos.

-Brittany- llamaron y salté del susto viendo a Sanden caminar tambaleándose por el sueño hacia mí. -¿Qué estás haciendo? Son las tres de la mañana- se quejó y se limpió los ojos, mientras se paraba frente a mí y miraba mi colorida investigación -Se que dijimos que ibas a actuar como mi Babygirl y que si quieres puedes dibujar, pero en este momento te quiero en mi cama durmiendo- gruñó y trató de tomar mi mano y llevarme de regreso a la cama, pero Aizen comenzó a llorar y prácticamente salí corriendo a su rescate. -Mierda- gruñó Sanden cuando acurruqué al bebé contra mi pecho y levantándome la camiseta ubiqué su boquita en mi pezón.

La succión comenzó de inmediato y yo regresé al piso y continué trabajando en mi investigación.

-¿Desde cuando te volviste experta en...

-Ni una palabra- lo corté y destapé el fibrón.

Había uno de los hombres con los que había salido que no tenía identidad. No me sabía el nombre, la edad, ni nada de él, excepto que pasamos una noche increíble.

Era del que menos sabía y con el que más había disfrutado. Aunque ni siquiera le había visto la cara.

Me mordí el labio de solo pensarlo y luego hice una mueca cuando vi el nombre del hijo del padre Victor.

Sí, realmente esperaba que Aizen no fuera suyo.

-¿Qué es esto? - preguntó Sanden tomando asiento a mi lado y recogiendo mi papel del suelo.

Sanden: Una noche olvidable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora