47✧*Esposos.

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CAPÍTULO 47=ESPOSOS.

Caminé por la habitación mientras Meneredith Rey leía el convenio, su rostro no expresaba nada y eso me ponía nerviosa, aunque por otro lado ver a un hombre sexy sentado en el lugar de mi Daddy con mantas y almohadas rosas rodeándolo me daban material para entretenerme. Por desgracia ese material no fue suficiente y aunque quería ver disimuladamente el bulto en su pantalón, me contuve, no porque no quisiera sino porque si me cachaba haciéndolo quizás se enoje y me deje el contrato a medias.

—Quédate quieta—ordenó y no le hice caso, algo en mí me decía que Meneredith Rey podía ser un dominante en todo su esplendor, pero yo no soy sumisa, ni siquiera un poquito.

—Oblígame— dije sin poder contenerme y él suspiró sonoramente y siguió leyendo los papeles. —¿Por qué no sonríes como en la TV?

Ya que estamos aquí...

—Porque me dolería la boca, ahora haz silencio — ordenó, pero como ya había pasado la prueba no tenía que ser obediente y menos con un extraño.

—¿Cómo es estar en una relación de tres?

La verdad eso me daba mucha curiosidad, los padres de Sanden tenían una relación poliamorosa, sin embargo, ellos se veían felices y se notaba cuánto se amaban.

—Difícil, tienes que complacer a todos ¿Contenta?

—Ni de cerca— reí y caminé hasta estar a su lado, mis piernas ya dolían de estar de acá para allá. —¿Y el sexo?

Meneredith bajó los papeles y me vio.

—¿Qué me estás preguntando exactamente, Brittany?

Yo...no lo sé.

—¿Pueden vivir sin pelearse? Es decir ¿Tus parejas están bien con que te acuestes con alguien más?— Sanden aceptó tener una relación abierta, pero sé que lo hizo por mí, también sé que lo odia y sé que si estoy con alguien más eso lo va a destrozar y me odiará, él mismo lo dijo.

—Es difícil— repitió y continuó leyendo.

—Yo no sabía que eres gay— murmuré y él suspiró, bajó el papel y me miró con cara de culo.

—No soy gay, soy bi, si fuera gay me gustaría solo Caetano, pero me gusta él y su esposa, ahora haz silencio.

Bueno...no soy quien para juzgar, pero ¿De verdad te tiras a una pareja que está casada?

Volví a levantarme antes de volver a abrir la boca y como no tenía nada que hacer, recogí los juguetes del piso y los acomodé en la pared.

—Bien, terminé— en cuanto lo dijo los juguetes se me cayeron, pero no los recogí y me giré a verlo.

—¿Entonces?

—No hay ninguna trampa, tal como dijo Focus es un convenio, si alguna vez se divorcian o separan Sanden se quedará con lo que es suyo y tú con lo tuyo.

—¿Estás seguro de que no hay trampas?

Él hombre sacudió la cabeza.

—No, está limpio.

Había sinceridad en sus ojos, pero yo estaba llena de dudas.

—¿Si firmo y luego nos separamos, Sanden tendrá de alguna forma acceso a mi fortuna? — no sé porqué pregunto esto, de todas formas no podemos separarnos.

—No. Lo tuyo es tuyo y lo de él es suyo.

—¿Y si...si tenemos un hijo?— mi voz tembló al recordar lo de hoy a la mañana.

No quiero hijos, me niego, pero ¿Y si el condón se rompe?¿Y si olvido tomar la pastilla?

—No, Brittany, si tienen un hijo él heredará la fortuna de ambos, pero ustedes seguirán sin tener acceso al dinero del otro.

Mi sonrisa se extendió por mi rostro y estiré la mano.

Iba a firmar. Me da igual no tener el dinero de Sanden, mi mayor preocupación era el dinero mío y de mamá. Nuestras cuentas están enlazadas, lo suyo es mío y si perdía mi dinero, mamá también perdería el suyo y no quería hacerle eso.

—Dámelo— le pedí.

—¿Estás segura? No tendrás dinero...

Mi carcajada lo descolocó.

—¿Y? Yo no me quiero casar, no quiero su dinero, hago eso por los niños y por la cagadera— el empresario frunció más el ceño y arrugó la nariz, no obstante sí me dio los papeles y me indicó dónde firmar. —¡Gracias!— le sonreí y me apresuré a ir a la puerta, pero cuando la abrí solo vi caras largas y a Sanden sosteniendo otro papel.

—Aquí tienes— le extendí el convenio y le sonreí, pero él no me devolvió la sonrisa.

—Ahora cásense — dijo Focus y los papeles que Sanden aún no había tomado se me cayeron.

—¿Qué? No— hoy no me iba a casar, hoy solo haría la prueba, hoy podría volver a ser yo misma.

—Si no se casan el convenio es nulo— me hizo saber Focus y vi a Sanden.

Sus ojos no estaban felices, sabía que él quería casarse en una iglesia o al menos sin tener que ser obligados, no así.

—¿Daddy?

—Solo es firmar otro papel, Babygirl.

Mentira.

Retrocedí y regresé a la cama, las lágrimas abandonaron mis ojos, pero me negué a dejarlas tocar el suelo.

—Léelo por favor— le pedí al empresario y se formó un silencio en la habitación, Sanden vino a mi lado, su mano tocó la mía, pero la aparté, no quiero casarme, no quiero.

—Bri, solo es un papel.

Mentira, ya deja de decir eso.

—Sí, uno que dice que soy tu esposa, pero solo es un papel— reí con amargura y miré al empresario a la espera de su veredicto.

—Está bien— me informó y me lo devolvió, lo primero que noté además de todas las palabras, fue que la firma de Sanden ya estaba allí.

¿Lo firmó cuando salió o ya lo tenía preparado?

Cuál fuera la respuesta tomé la lapicera y puse mi firma y aclaración.

Esposos.

Ya estaba hecho.

Ya estaba atada.

Sanden: Una noche olvidable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora