35✧*|Babygirl

1.5K 135 39
                                    

CAPÍTULO 35=BABYGIRL.

Daddy, Daddy, Daddy, Daddy, Daddy, Daddy, Daddy, Daddy, Daddy, Daddy— me guardé cada grito fastidioso esperando a que por fin llegáramos, no me podía sentar, pero tampoco podía gritar a los cuatro vientos que ¡Tengo un Plug en el culo y no es comodo! Porque los niños están en el asiento de atrás.

Sanden estiró su mano y tomó la mía, en cuanto lo hizo y la llevó a la palanca de cambio me comencé a reír a carcajadas, él me vio y alzó la ceja, confundido.

—La palanca está muy dura, deberías aceitarla— me burlé y pasamos por un tope, no tenía puesto el cinturón de seguridad, así que mi culo se alzó unos centímetros del asiento y cuando caí chillé y él me cubrió la boca.

Duele, pero es un dolor rico.

Detuvo el coche, se bajó dándole la vuelta al auto y corrió a abrirme la puerta.

—¿Estás bien?— se preocupó y arrodilló, sostuvo mi rostro y pasó sus manos por mi cintura para intentar llegar a mi culo.

Hmmm, cuando el pija caliente se preocupa se ve sexy.

—Sanden ¿Qué pasa?— los niños se asomaron entre los asientos y yo recargué mi cabeza en la de él.

—¿Bri?— preguntó preocupado y reí.

—Me duele— mentí solo porque prometí decirle que si me gustaba le diría y si le digo me va a decir "Te lo dije", así que no.
—Odio este plug.

Mi voz salió como un ronroneo, abrí los ojitos y él estaba sonriendo, me dió un pico y trató de volver a su asiento, pero yo no quise y lo atraje de regreso hacia mí.

—Y si vuelves a pasar por otro tope, te castro, el apodo de pijacaliente se puede cambiar fácilmente— le puse en claro y lo dejé ir, él le dió la vuelta al auto, me abrochó el cinturón y volvió a encender el motor.

—Bri— se inclinó a mi asiento y bajó la voz para que solo yo lo escuchara.
—Miénteme todo lo que quieras, pero conozco el brillo en tus ojos.

—No sé de lo que hablas— me giré hacia la ventana dándole la espalda y guardé silencio por la resto del camino.

Cuando llegamos y pusimos nuestros pies dentro de la mansión, de inmediato me sentí incómoda.

Este lado de la mansión, al que apenas hoy estoy conociendo es donde se crió Sanden, donde pasó su infancia, vivió su adolescencia y compartió muchos momentos con sus padres.

Por el contrario al otro lado de la casa que tenía un aire misterioso, atractivo, fiestero, erótico, este lado es más como una casa de familia, un entorno hogareño.

Puedo imaginarme con facilidad las noches que pasaron aquí asando malvaviscos en la chimenea, cenando en la pequeña mesa del comedor compartiendo uno de esos momentos y ahora estamos nosotros aquí y siento la misma nostalgia que están sintiendo los monstruitos, Heyden e incluso Sanden que ven el gran salón de juegos con tristeza y ninguna intención de jugar.

—No puedo estar aquí— susurró el daddy, dejó las mochilas en el piso y se fue por una puerta del otro lado del salón de juegos, los niños se quedaron parados a cada lado de mí, los dos más pequeños aferrándose a mi cintura, el más grande, Heyden, tomaba mi mano y la apretaba con fuerza.

—¿Quieren jugar un ratito? Necesito ir a hablar con su
primo— les dije y Heyd e Yden negaron con sus cabezas.

—Ve, yo los cuido— me aseguró algo indeciso y corrí tras mi daddy, atravesé la puerta por la que lo ví salir y me sorprendí al descubrir que esa es la puerta que divide ambos lados de la casa y que ahora estoy en el gran salón con vitrinas repletas de objetos sexuales.

Sanden: Una noche olvidable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora