SALVADO

[ Prólogo: 15Days 10H 9Min ]

Solo hizo falta un suspiro para conseguir valor y acercar el cañón del revólver a su cabeza, la vida no le había sonreído en ningún momento de su vida y se sentía desgraciado no poder decir que tuvo un "el mejor día de su vida". Acabaría su vida ya.

En medio de la nada, a sus pies el final de un barranco que llevaba a más bosque amenazaba con la tentación. Pájaros volaban en conjunto mientras el sol se escondía tras montañas por el horizonte deleitando su agudo oído con el sonido de la ojas movidas por la brisa, esa vista sería la última que vería e igualmente estaba triste: recordando aún sus intentos fallidos de cuidar a sus seres queridos.

- Lo siento tanto... Louis. - Murmuró el rubio antes de quitar el seguro y fijar la mirada en la orilla del barranco.

- ¡No lo hagas por favor!

Escuchó a lo lejos, dejó de apuntar a su cabeza y cuando se giró para ver a la única persona que intentaría detenerlo, resbaló, cayendo en redondo hasta el final del barranco...

... ー ☔︎ ー ...

Quince días después, despertó sin poder enfocar su vista, por ende, no reconocía el lugar en el que residía.
Probó parpadeando varias veces y la mantuvo concentrada en el techo de madera oscura que ahora veía mejor. Entendió que dónde estaba era la casa o refugio del que le había gritado antes de caer, hace ーlo que creía élー unas horas. El que intentara detenerlo comenzó a interesarle así que intentó moverse, sin embargo el dolor incesante, puntiagudo como una aguja y a la vez tan grueso como un tronco lo detuvieron en su sitio sin siquiera poder mover los párpados, sentía un ardor en todo su cuerpo.

- Pero que... ¿Qué me ha pasado? - Dejó caer lágrimas de sus ojos a causa del dolor. - Necesito anestesía. - Pensó volviendo a cerrar su ojo con fuerza.

Entonces fue cuando escuchó una puerta abrirse lejos de donde estaba.

- Un primer piso, estoy arriba.

Pensó, eso le ayudaba a distraerse. Después lo escuchó subir por las escaleras. Por desgracia para él no podía levantar la cabeza y mirar al que le salvó la vida entrar por la habitación, solo escucharlo.

- Estas despierto.. ¿Puedes hablar?

Cerró los ojos analizando su voz, no podía verlo pero aúnque el rubio no quiera admitirlo, tenía una voz grave y embelesadora.
Intentó abrir la boca para contestarle y el dolor evitó cualquier sonido, a excepción del alarido ahogado que preocupó al salvador, ahora ni siquiera podía mover la mandíbula y más lágrimas cayeron.

- Me lo temía. - Comentó el desconocido. - Soy Sherlock Holmes. - Sacó una aguja de su bolsillo y se la inyectó en la mandíbula para poder cerrarla. - Mi amigo dijo que te diga que fue él el que te vendó, yo solo te traje.

Y con eso dicho, los parpados del rubio se cerraron.

- ¿Cómo está? - Preguntó un hombre de porte elegante y vestimenta verde que le sonreía amablemente. - Se me hace que despertó antes de lo necesitado. - Habló mientras agitaba su cabello rubio ceniza.

- Sigue durmiendo, como los quince días atrás. - Respondió con indiferencia mientras se tumbaba en el sofá.

- Te veo muy tranquilo. - Dijo sentándose en una silla situada al lado de la cama en la que dormía el herido.