Con sus escarlatas estudió la entrada del edificio antes de acercarse, era aburrido por fuera pero al entrar notó el agradable ambiente de té casero y galletas recién sacadas del horno.
- Hola, soy la casera, Hudson ¿se va a quedar aquí?
Miró a la mujer de estatura media a su lado, vestía con un vestido rosa llegando a violeta, su pelo castaño estaba atrenzado y su flequillo Mod hacía resaltar dos mechones sobresalientes a los lados de su rostro suave. Sonrió, mirando fijamente sus ojos esmeraldas que le traían recuerdos de alguien importante para él.
- Sí, vengo con un hombre llamado Sherlock Holmes y-
Se calló al ver los parpados de la mujer elevarse ligeramente, rápidamente sonrió.
- Que gran noticia, acompáñame.
La siguió dos pisos hacía arriba, se detuvieron en una puerta de madera vieja pero limpiay la casera le entregó las llaves.
Iba a abrirla hasta que unos gritos que venían de abajo (de la casera) detuvo sus movimientos.
- ¡Maldita sea tu suerte, Holmes!
Suspiró aliviado (ya que no era un grito de socorro) y entró a la habitación sin cogerle importancia.
- Tiene su historia. - Se dijo a sí mismo en voz baja mientras observaba el apartamento.
Suficientemente grande para dos personas, aún parecía que vivía alguien pero pudo deducir que un cráneo no puede tenerlo cualquiera, por ende, el detective sí era de esas personas.
- Uff.. - Sherlock llegó hasta William y sonrió. - Wow.. Dejó mis cosas. - Dijo sorprendido.
William lo miró. - Vaya desastre. - Se burló mientras reía ligeramente adentrándose más en el departamento hasta sentarse en un sillón. - Sin embargo, admito que tiene un ambiente familiar.
Sherlock se sentó en el otro sillón, frente al rubio.
- Y muy agradable, me trae recuerdos. - Sonrió embobado inconscientemente acariciando el posabrazos de su sillón mientras miraba su antiguo hogar.
- Una pregunta. - Sherlock lo miró. - Si no podías salir de esa cabaña por la culpa, siendo pequeño, ¿cuándo fue este tu hogar? - Preguntó teniendo cuidado en sus palabras.
- Cuando murió mi madre, Mycroft me llevó a Londres, aquí viví ocho años y volví a la cabaña, antes de conocerte, en la cabaña llevaba ya tres años.
- Comprendo..
- Ahora que me hiciste una pregunta.. -Se inclinó hacía delante posando los codos en las rodillas. - Cuentame de qué conoces a Milverton. - Volvió a enderezarse y cruzó las piernas. - Sin omitir nada.
William lo miró con seriedad - Tendré... Que contarte algunas de las cosas que hice.
- Adelante.
- P-puede que.. Cambies tu opinion sobre mi. - Susurró con la voz quebradiza, carraspeó tras poner sus cejas en pena.
Sherlock se levantó y rodeó la pequeña mesa que había entre los sillones para luego sentarse en esta y estar más cerca del Moriarty para agarrarle las manos.
- No lo creo Liam. - Elevó ligeramente sus comisuras.
Suspiró profundo para empezar. - Cuando era pequeño, después de perder a Louis, quise venganza, de todas las personas ricas, insensibles, hipócritas. Planeé matarlos para enseñarles que no todo es dinero y ellos mismos... Maté a sangre fría, y llevo la sangre de 122 aristócratas en las manos. - Lo miró a los ojos sorprendiéndose al notar que apretaba sus manos. - Y-y él ofreció ayudarme, días después me traicionó, me dijo que si no quería delatarme a mi y a mi hermano mayor Albert, tendría que delatar solo a uno. Le pedí, ordené y supliqué para que me delatara a mi, después de todo, solo yo era el asesino, Albert lo único que hacía era entretener a la policía. Milverton no me escuchó como era de esperar y delató a mi hermano.. Pero - Sus ojos humedecieron. - y-yo iba a ser delatado.. Tendría que haber sido yo. L-lo.. Perdí. - Y un sollozo salió sin soportar ser aguantado, comenzaron a salir lágrimas de sus ojos sin embargo el seguía perdido, rápidamente sintió unos brazos rodear su cuerpo tembloroso con fuerza. - Soy un irresponsable.. Perdí a mi hermano.. ¿Cómo pude confíar en él?
ESTÁS LEYENDO
SALVADO
FanfictionHabía tocado un día soleado y precioso para quitarse la vida, las cistas y los sonidos del medio ambiente le abrazaban la tristeza dándole más confianza para saltar. Días después, despierta en la casa de un desconocido. ¿Cómo acabó ahí? Con un hombr...