- ¡Sherlock!
Corrió hacía su cuerpo, su cabeza estaba ensangrentada y sus labios azules abiertos, y sus ojos... Sus ojos estaban...
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Despertó empapado en sudor frío, la cabeza palpitaba con fuerza provocandole un dolor que solo a regañadientes pudo agarrar el móvil para saber qué hora era.
Las 5:00 de la mañana.
Suspiró molesto y se volvió a tumbar, con los ojos cerrados se giró e intentó abrazar a un Sherlock inexistente, abrió los ojos rápidamente al igual que se sentaba
¿dónde estaba? ¿Qué hacía durmiendo si no tenía a Sherlock con él? ¿Qué había pasado? ¿Qué había pasa-?De pronto recordó...
- Así que estás aquí para sacarlo eh...
- Sí, Albert estará fuera y yo a cambio te daré la mansión
- No me sirve, quiero algo más grande.
William miró a sus compañeros a los lados y luego volvió a Milverton.
- Un chismorreo.
- Oooh sííí.. Sin embargo, - Volvió a sacar el silenciador y apuntó a William en la cabeza, a tan poca distancia que el cañon dejaría marca en su frente. - no es suficiente.
Moran, al igual que todos, reaccionaron rápido, pero la palma levantada del rubio los detuvo.
- Es inútil que intenten algo, tiene el cañon apretando mi frente. Estaré muerto antes de que ninguno de vosotros dé un paso. - Regañó. Frunció el ceño y miró a los ojos amarillentos. - Tú ganas ¿qué es lo que quieres realmente?
- He escuchado que tienes un... Romance. - William apretó los labios. - Vaayaa... Debe de ser muy importante para ti, conociéndote no creí que reaccionarias pero mira por dónde...
- ¿Quieres mostrarle al mundo que tengo novio?
- Oh no, no, no, no... Sherlock y tú no valen la pena... Pero Sherlock solo... A ti ya te he arruinado la vida y viene él a arreglartela. - Negó mientras hacía un sonido con su lengua mostrando negación. - Eso no es divertido. Lo quiero a él.
Apretó la mano sobre su cabeza. - Agh... - Le dolía demasiado y lo que acababa de recordar no le explicaba porqué Sherlock no estaba con él en la cama. - ¡¿Fred?!.. ¡¿Moran?! - Llamó con la voz rasgada, le dolía hablar.. Eso significaba...
Entró Moran por la puerta con escopeta en mano y se acercó a él veloz. - ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
- ¿Me han disparado?
Moran desvió la mirada a Fred, que estaba en la puerta.
- Responde ¿me han dis-
- Sí... Casi mueres. Te disparó en el pecho y si no fuera porque Fed llevaba primeros auxilios en la memoria no estarías aquí.
Miró al chico y agradeció asentiendo. - ¿Y Sherlock? - Volvió al de pelo verde.
- No lo sabemos, Milverton dijo que lo quería a él, te disparó y sus amiguitos a nosotros... Solo yo y Fred quedamos intactos, no tuvimos tiempo para ver dónde estaba.
- ¡Necesito a Sher- Un dolor punzante lo calló y le hizo llevar las manos al pecho, hiperventiló. Esto no podía estar pasando, estar sentado sin hacer nada mientras Milverton podría estar torturando a Sherlock. - Por favor... Buscadlo.
- No podemos, Jack... Jack está a punto de morir.
- ¿Q-qué?.. ¿Dónde está?
- En el salón, esta-
Se levantó con prisa y caminó todo lo rápido que podía en dirección al salón, los dos hombres solo lo siguieron esperando a que no se cayera y sabiendo que aun que digan que vuelva a la cama no les escucharán. En el salón, MoneyPenny apretaba su herida por encima de las vendas, la hemorragía era el problema. La sangre no paraba de salir de su hombro, justo en el homoplato.
- Jack... - Al no poder sostener su cuerpo cayó al suelo aún sujetando su doloroso pecho. Fred se puso de cuclillas delante suya, tamando la gorrorosa vista de Jack.
- Ve a por Sherlock, tu herida está controlada.
- J-jack..
- Está en buenas manos, tranquilo amo William.
Se levantó con la ayuda del chico y salió de casa.
Fue directo a la mansión de Augustus, y lo que era peor es que iba andando y las calles estaban vacías, antes de salir pudo ver que eran mucho más de las doce.
•
Fue abriendo los ojos lentamente, aturdido y el mareo que sentía le provocaba náuseas.
- Echa aquí.
De soslayo vio una mano pálida dejarle un cubo azul ante sus ojos, le irritó esa acción y levantó la cabeza velozmente, volviendo a darle el mareo que acabó haciendole potar.
- Al fin te tengo, grandísimo Holmes... Habías desaparecido durante muchos años ¿cuántos, 11, 12? - No respondió, solo lo miró enfurecido. - Cálmate, no te haré nada a parte de...
Lanzó una patada a su mejilla, lo próximo que vomitó fue sangre en el suelo manchándose a sí mismo. Le agarró del pelo y se acercó a él, no tanto, para poder hacerle daño al tirarle del flequillo.
- Verás, me molesta que andes atrapando a la gente que es importante para mi.
- Eso fue hace años. - Respondió con la voz dañada.
- Yo no olvido el pasado.
Golpeó su cabeza contra la madera a su espalda. Y ahí se dio cuenta de que estaba atado a un pilar con las manos rodeando la madera.
- Vengaré a aquellos que se suicidaron por tu culpa.
Otra patada fue lanzada, esta vez en el pecho. Sherlock volvió a escupir sangre, tal vez no era el momento de hacerse más daño pero necesitaba hacerlo para escapar, entonces se dobló el dedo pulga y mordió su labio inferior.
- ¡Una hormiga más en el mundo! ¡Un genio idiota! !Eso es lo que eres! - Gritaba mientras soltaba patadas sin parar.
Sherlock se echó a un lado haciendo que el peliblanco le diera la patada al pilar, eso le dio tiempo a desatarse y lanzarse a su otra pierna tirandolo así al suelo, se arrastró hasta quedar sobre él y escupió la sangre de su boca a su cara, así quedaría distraído limpiandola mientras le sacaba la pistola del bolsillo.
- Una silenciadora... - Vio rastro de sangre en el cañon, el inevitable pensamiento de que el capullo de debajo suya había matado al único hombre que amó en su vida le avivaba la cólera, sin más paciencia, le disparó a la cabeza.
- Ahí tienes mi venganza... - Murmuró antes de caer al suelo.
•
- ¡Sherlock!
Corrió hacía su cuerpo, su cabeza estaba ensangrentada y sus labios azules abiertos, y sus ojos... Sus ojos estaban... Tan muertos.
- Por favor Sherlock respondeme... - Sujetó su cabeza sobre las rodillas. Apretó sus puños. Apretó sus labios y apretó sus ojos. Las lágrimas que caían sin descanso limpiaba la sangre, que aún era reciente, de su cara.
Entre sollozos suplicaba a alguien, a un Dios que tal vez ni era real, para que Sherlock despertara... Pero no parecía ser así...
- L-lia..m
- ¿Sherly?
Apretó su cuerpo contra el pecho mirando a la nada.
- No hables... No hables...
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SALVADO
FanfictionHabía tocado un día soleado y precioso para quitarse la vida, las cistas y los sonidos del medio ambiente le abrazaban la tristeza dándole más confianza para saltar. Días después, despierta en la casa de un desconocido. ¿Cómo acabó ahí? Con un hombr...