- Perdón, no era mi intención meterme en tus asuntos..- No.. No importa ya. - Se volvió a sentar en el borde de la cama, a su lado. - Solo.. Dejemos de hablar de mi, hablemos de ti. - Giró el rostro hacia él viendo como decaían sus cejas y desviaba la mirada hacia la ventana.
- No me gusta la idea.. Pero, es lo menos que puedo hacer por ti. - Poco a poco la confianza hacía aquel hombre iba apareciendo. - ¿Qué quieres saber?
- ¿Quién es el de la foto? - Frunció el ceño tan serio como hace un rato seriamente.
- Hm - Sonrió suavemente. - Creí que me preguntarías otra cosa.
- ¿La razón por la que quisiste y quieres suicidarte? Eso ya lo sé. - Sonrió victorioso ante la confundida mirada escarlata. - Murió alguien importante para ti, el de la foto seguramente ¿Quién es?
Sus respiraciones chocaron a poca distancia entre ellas, los ojos oceánicos miraban con impaciencia mientras que los del rubio brillaban sin saber porqué se sentía tan nervioso ante la cercanía del detective.
Abochornados, desviaron la mirada en cuanto notaron lo cerca que estaban sus narices de un suave roce.- E-es mi hermano pequeño. - Frunció el ceño frustrado, molesto por el fallo en su voz.
- Tu hermano.. - Se quedó quieto mientras William seguía hablando.
- Murió, Louis se llamaba. - Dejó escapar una pequeña risa que parecía más el principio de un sollozo. Cerró los ojos y apoyó la espalda en la cabecera de la cama. - Una enfermedad cardíaca, era tan pequeño... Y nadie quiso ayudarlo, ni si quiera yo pude. - Tragó en seco.
Sherlock, consciente de que este no quería escuchar sus condolencias simplemente se apoyó cerca de él.
- Pronto iré.. A verlo. - Susurró el rubio.
- No, si yo lo impido. - Susurró cerca de su oído llamando la atención del rubio.
Estuvieron quietos mirándose a los ojos de nuevo esta vez sin importar la distancia en la que estaban, algo íntimo para ellos.
- ¿Por qué te preocupas por mi? - Sonrió cerrando los ojos nuevamente. - Deja de preocuparte.
- Este suicidio lo evitaré, créeme. - Dijo inmediatamente sorprendiendo al rubio, el color sangre de sus ojos bajó a sus labios y sintió un cosquilleo en los suyos, quería tocarlos, después de escuchar un último susurro, quería besarlos. - Me importas.
Se acercaron un poco más con las mejillas de cada uno tan rojas como los propios ojos de Moriarty, y tan poco faltaba para juntar sus labios y deshacerse del calor que sentían... Que desgraciadamente, alguien tocó la puerta.
Como si fuera por arte de magia, ambos se despertaron del deseo mirándose con asombro, sin embargo Sherlock añadió miedo en su mirada.
Quietos sin decir ni hacer nada hasta que la puerta volvió a ser tocada esta vez despertandolos del shock reciente.- Deberias...
- Sí.
Sus voces sonaron como suspiros ahogados, como si fuera el único aire que les quedaba en los pulmones.
Se levantó con nerviosismo y caminó con prisa hacia la puerta hasta llegar al salón y de ahí a la puerta principal, al abrirla se quedó mirando fijamente a los ojos del doctor, y no fue porque este tuviera algo en la cara o entre los dientes. Viendo que Sherlock solo lo miraba de hito en hito más el colorado de sus mejillas, alzó la ceja.
- ¿Sherlock? - el llamado reaccionó y se apartó de la puerta dejandole pasar. - ¿Estás bien? - Volvió a tardar en decir algo, optó por asentir lentamente como respuesta.
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SALVADO
FanfictionHabía tocado un día soleado y precioso para quitarse la vida, las cistas y los sonidos del medio ambiente le abrazaban la tristeza dándole más confianza para saltar. Días después, despierta en la casa de un desconocido. ¿Cómo acabó ahí? Con un hombr...