Alzó la mirada observando la mandíbula del peliazul, sonrió levemente disfrutando del abrazo consolador de este, lo estrujaba con fuerza (no demasiada) y le sobaba la espalda. Hace minutos atrás estaba llorando a cántaros y ahora no le salía ni la más mínima lágrima, se mantuvo observando enamoradamente su mentón.
- ¿Estás mejor? - Bajó su mirada chocando la nariz con la del contrario, desgraciadamente para el rubio este se alejó un poco sin comentar lo sucedido.
- M-más o menos. - Desvió la mirada hacía abajo maldiciendo su voz ahogada tras tanto lloriqueo.
Pasaron unos pocos minutos más antes de que Sherlock hablara.
- ¿Qué has visto en la lluvía?
De nuevo, William bajó la cabeza, apoyó esta en el pecho del ojiazul sin darse cuenta.
- No-
Se sobresaltó con el primer latido apartando la cabeza con un ligero rubor en sus pómulos
- Disculpe, no me di-
Sin decir nada, Sherlock actuó volviendo la cabeza rubia a dónde estaba, William lo agradeció en su interior al igual que el otro, que no quería que lo viera más rojo que un tómate.
Esperaron a que su sangre se enfriara para poder hablar.
- ¿Has visto a alguien en la lluvia?
- No realmente.. No es nada. - Se quiso separar pero los brazos lo retuvieron.
- Ya no soy un desconocido para ti ¿no? Confía un poco.
Suspiró. - Es.. Fue solo un mal día.
- Pues dime que pasó en ese mal día. - Insistió.
- Mi hermano. - Soltó, aflojándo los brazos de Sherlock. - Vivíamos en la calle, - Su nariz comenzó a escocer. - bajo un puente, en un callejón, casas abandonadas...
- ¿Qué pasa con el orfanato? - Indagó apenado.
- No querían a un niño enfermo, Louis.. - Tragó saliva para mantener la voz en calma, sin embargo una lágrima ya comenzaba a asomarse. - No pude salvar a Louis.. No le serví para nada. - Su voz fue agudizando conforme hablaba hasta sollozar. - Lo intenté, hice lo que pude e igualmente se murió.. - A través de sus ojos acuosos apareció la imagen de su pequeño hermano sonreír antes de caer al suelo bajo la lluvia, tapó su rostro con ambas manos para no mirar el resto pero allí estaba, en su memoria. Sus dedos apretaron con fuerza su frente hasta el punto de dejar marcas con las uñas, si no fuera por Sherlock que apartó sus manos, hubiera sangrado.
El detective lo miró a los ojos fijamente sin decir nada, pensaba que era estúpido pedir disculpas por la muerte de alguien, eso no es lo que quiere escuchar Liam.
- Estuviste allí. - Habló acariciando un mechón de su pelo. - Le serviste para ser feliz ¿no? - Apartó la mirada de su mechón dejándola caer en los rubíes (ahora cerrados).
Abrió sus ojos encontrándose con dos lapislázuri brillantes que parecían mirarle con amor, que mala suerte la suya por no saber que tipo de amor era.
Miró hacia sus labios, lo único que lo detuvo de besar a Sherlock fue su propia consciencia, que le hizo dudar en la decisión, tal vez él no quería que lo besara y si eso fuera así arruinaría lo que sea que tenían.
Suspiró y apoyó la cabeza en su hombro.- ¿Podré descansar en paz algún día? - Preguntó con ojos cansados.
- Sí, conmigo sí. - Respondió apretando su espalda.
No hablaban de lo mismo.
William estuvo a punto de echar a reír ¿pero este hombre se escucha? pensó soltando un suspiro en compensación.
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SALVADO
FanfictionHabía tocado un día soleado y precioso para quitarse la vida, las cistas y los sonidos del medio ambiente le abrazaban la tristeza dándole más confianza para saltar. Días después, despierta en la casa de un desconocido. ¿Cómo acabó ahí? Con un hombr...