[ VISITA ]

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Escucharon la puerta ser tocada, aún que al tener una noche movidita ninguno quiso abrir pensando que era Irene Adler.

- No parece que se vaya a ir. - Comentó Sherlock con el pecho al aire, el cigarrillo entre los dedos de la mano izquierda y con la derecha abrazaba el cuerpo pálido de Moriarty.

- Voy a-

- No, iré yo a ver que quiere.

Se quiso levantar pero mientras lo hacía fue detenido por el agarre en su brazo.

- Ponte algo. - Recordó, sabía que este le daría igual presentarse ante una mujer así ¿pero Irene? Esta aprovecharía cualquier cosa, o eso le pareció ayer..

- Meh, - Sonrió. - esta vez no conseguirá nada. - Agarró su mano y besó el dorso. Se dirigió al armario y agarró un albornoz antes de salir, ante este gesto William soltó una pequeña risa.

En el salón abrió la puerta con el ceño fruncido a punto de mandarla a la mierda, pero acabó alzando la cabeza, viendo a otra persona que también hubiera mandado a la mierda si no fuera por la sorpresa que se llevó al verlo. Claro que no quería que lo viera así, así que volvió a sus cejas fruncidas.

- Sherly. - Llamó con un tono cariñoso y preocupado, tirando más a cachondeo que otra cosa.

El mencionado no dijo nada, agarró el pomo y fue cerrando lentamente, eso le dio tiempo a su hermano mayor: Mycroft, a reaccionar, y la volvió a abrir empujándola con la mano.

- Veo, Sherly, que Irene estuvo aquí. - Le señaló el albornoz que mostraba mordidas en su pecho. - Huele. - Añadió, refiriéndose al holor natural del sexo.

Sherlock sonrió. - Parece que te haces seníl, no fue con Irene, fue con un hombre.

El mayor curvó sus labios ofendido ante el insultó . - ¿A sí que hay alguien más que te quiera en este planeta?

Bromeó autoinvitándose, fue subiendo las escaleras dirigiéndose a la habitación de Sherlock cuando era un crío, que actualmente era el cuarto de William. Sherlock llegó a adelantarlo en mitad de las escaleras para pararlo.

- ¿Qué haces aquí?

- Soy tu hermano. - Sonrió tristemente. - Y no es broma que yo me preocupe. - Habló serio. Notó en la mirada de su hermano cansancio. El menor había tensado casi todo su cuerpo como si estuviera a punto de explotar, dedujo que era porque estaba harto de que todos le insinuen que su salud estaba en peligro en esa cabaña.

- ¡¿Si tan preocupado estabas por qué no viniste antes?! - Aún que esperase más una queja sobre la preocupación por parte de su hermano, la pregunta no le sorprendió. Pareció más una voz en su interior más real de lo que parece, esa pregunta se hacía siempre.

El grito llegó a oídos de William, y el cambio de género que no esperaba le sorprendió bastante, curioso se levantó y utilizó la sábana para tapar su desnudez, frente a la puerta escuchó una mano en el pomo y por instinto se alejó hasta estar detrás de la cama. Si no conocía a la otra persona no quería que lo viera así, así que se escondió bajo esta.

La puerta se abrió.

- Sal de ahí por favor. - Ordenó Mycroft.

William alzó una ceja ¿hablaba con él? Pues el rubio no esperaba tener un cerebro igual o casi idéntico que el de Holmes.
Salió con lentitud, el hombre al que vio era parecido a Sherlock, alto con el cabello azul más oscuro que del otro y tenía un bastón: rango alto y familiar cercano de Sherly, fue lo que dedujo. De pronto su mente se fue por las ramas, recordando que debajo de esa sábana no había nada, sus mejillas se sonrojaron.

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