Las palabras que no se ven

Hablando

Apoye con fuerza mis manos en mi pierna sin dejar de ver la ventana por la que había salido el sospechoso, estaba tan desorientado con lo que acaba de pasar que no había notado como mis compañeros habían entrado al lugar. Mi instinto me decía que había alguien cerca pero mi cerebro aún procesa los ojos verdes que estaban hasta no hace mucho apuntándome no es hasta que siento una mano enguantada en mi hombro que desvío la mirada de la ventana a los lentes de sol negro de Al.

-Redfield, ¿Qué sucedió?

-Estaba sacando fotos y pensé que debería sacar fotos de bajo de la cama por si había alguna prueba o algo- empecé volviendo a mirar hacia allí -Lo que no espere, fue encontrarme con alguien de bajo apuntándome con su arma- cerré los ojos con fuerza antes de continuar -Me hizo dejar el arma en el suelo, la cogió, me disparo y salió por esa ventana- abrí los ojos para volver a ver los lentes de sol de Al

-Te disparó, ¿dónde?- recorrió mi cuerpo con su mirada oculta buscando la herida mencionada, sintiendo su mano sobre mis manos que hacían presión sobre mí herida en el muslo

-En realidad no se si estoy herido- murmure sin dejar de mirar su mano, sin dejar de pensar que es la primera vez en dos días que me toca tanto -Ya que este cuarto está totalmente lleno de sangre de las víctimas- lo vi a sentir quitando la mano que tenía en mi hombro para hablar por radio

-Aquí, el agente Wesker solicitando asistencia médica en la calle

-Debería haberme quedado con mis viajes a la morgue- murmure sintiendo como su mano se apretaba al rededor de mi muslo sacándome un gemido

-Lo siento- comente tímido

-No te disculpes se que tus muslos son sensibles- declaro mientras miraba la puerta sin darse cuenta de mis mejillas rojas

-Al, yo...- lo llame volviendo a tener su atención en mi

-Hablaremos después, Christopher- me ayudo a ponerme de pie cuando oímos el aviso de que la ambulancia estaba a fuera -Tengo que hacer que te revisen- colocó mi brazo por su hombro sin dejar de mirarlo sorprendido

-Al...- comencé pero no llegue muy lejos cuando sentí su mano agarrar con fuerza mi cintura, ayudándome a salir del lugar

-Luego hablamos- comentó bajo recibiendo un asentimiento de mi parte cuando me dejó en manos de los técnicos, los cuales estaban preocupados ante toda la sangre que tenía en el pantalón

-La mitad es de la escena- comenté mientras me sentaban en la camilla -Y no se si tengo una herida-

-Vale, vamos a ver si tienes alguna herida- dijo el joven mientras empezaba a palpar mis piernas al mismo tiempo que el otro chico tomaba mis constantes sin dejar de sentir la mirada hostil de Albert hacia el joven castaño que había sacado un gruñido de mis labios cuando rozó sus dedos con la herida de mi muslo

-Señor, podría decirle a Barry que lleve mi mochila al hospital tengo la sensación de que romperán mi pantalón- señale intentando que el joven que palpaba mis muslos en busca de la herida no se pusiera más nervioso, lo vi marcharse mientras escuchaba al chico dejar salir el aliento que estaba conteniendo empezando a trabajar con más rapidez y fluidez antes de salir rumbo al hospital.

Al llegar lo primero que note fue el repentino dolor en la zona de mi muslo dejando salir un gemido entrecortado
-¿Cómo vas?- pregunto el chico ante el ruido que hice

-Creo que la adrenalina se está marchando- comento dando un ligero apretón en mi hombro

-Solo te tenemos que bajar y te atenderán rápido- abrió la puerta con una sonrisa mientras su compañero me bajaba de la ambulancia poniendo rumbo a la zona de emergencias del hospital.

Las siguientes horas las pase entre observaciones, rotura del pantalón y un vendaje nueva en mi muslo que ocultaban los puntos que cerraban la nueva herida que adornaba mi cuerpo, fue lo último que supe antes de quedar dormido en la cama de hospital donde me habían dejado después de remendar me y ponerme una bolsa de sangre para reponer la que había perdido.

Pero mi sueño no duro mucho, ya que unos dedos se entrelazaban con mi mano acompañado por un murmullo que no podía identificar, empecé a despertarme lentamente mirando primero hacia la derecha donde estaba el porta sueros que tenia sangre y algunos que otros líquidos para mi mejora, girando mi cabeza lentamente hacia la izquierda encontrándome con los lentes negros de mi alma gemela -¡Ey!- murmure algo tímido, recibiendo como respuesta un leve apretón en el agarre relamí mis labios algo nervioso al no saber que significa ese gesto pero ya era algo mas de lo que estaba recibiendo estos días por su parte. 

-No tenias por que quedarte- comencé mirando nuestras manos -podrías haber enviado a Barry para traerme los pantalones-  intente soltar su mano ante el gruñido que recibí pero solo provoque que su agarre fuera mas fuerte 

 -Te fuiste- comento sin dejar de mirarme 

-¿Que?- lo mire desorientado y muy perdido

-Te fuiste del apartamento- volvió a decir serio y apretando con mas fuerza el agarre que tenia en mi  mano 

-Pensé que querías eso, cuando me gritaste el otro día y como discutimos también, yo- 

-Estuvo mal que te gritara el otro día, pero no era para que te fueras- subió una mano para quitar sus gafas de sol dejando a la vista sus hermosos ojos azules -Y si te vas como vamos arreglar las cosas- señalo con una pequeña sonrisa

-Lo siento- 

Lo vi negar con la cabeza -La próxima háblame si- asentí con una gran sonrisa 

-Podrías,  mmn, darme un beso- me mordí el labio inferior sin apartar la mirada de sus ojos azules, miro hacia la puerta mientras se levantaba de la silla 

-Podría- susurro contra mis labios, haciendo que nuestras respiraciones se mezclaran y la boca se me hiciera agua ante la anticipación de sus besos, relamí mis labios rozando los de él en el proceso.

-Vas a besarme o- comente desafiante a sus ojos azules 

-¿o?- pregunto mientras mordía mi labio inferior

-mmn- gemí perdiendo algo de sentido común 

-Vamos, chris que ibas hacer- demando mientras bajaba sus besos por mi cuello 

-No recuerdo- susurre algo desorientado 

-Que pena- beso mi cuello por la linea de pulso antes de separarse de mi con una sonrisa traviesa

-¡Eh!- lo mire desorientado 

 -Cuando salgas te besare bien- comento sentándose otra vez en la silla

-Malo- hice pucheros mientras me giraba hacia izquierda oyéndolo reír.