Casi nosotros

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En el momento en el que Albert dijo que habia otro pareja en la morgue y una calle mas arriba de donde estuvimos nosotros, mi mundo se desmoronó y quedé paralizado por el miedo de haber casi perdido a mi alma gemela. Tan metido en mis pensamientos estaba que no me di cuenta de que Albert habia dado las indicaciones del grupo, teniendo que volver a decir las mias por segunda ves.
-Redfield, diríjase a la sala de autopsia- grito mi alma gemela al verme parado en mi lugar a un mientras el resto del equipo salia y hacia lo que le fue indicado. Al salir de mi pequeño trance salí corriendo hacia la sala de autopsia concomiendo mi mente al pensar que podríamos a ver sido nosotros los que estuviéramos en esas camillas frías y cuerpos abiertos para saber la cuasa de nuestra muerte y ayuda para detener a ese cabronazo, abrí la puerta aun pensando en que podría a ver estado yo y no ese joven platino de unos 30 y poco años con media cara desfigurada y llena de cortes que aun se podría apreciar la sangre seca mientras que la camilla de la derecha dejaba ver a otra persona con pelo rojizo que acabara de llegar a la edad de los 20, con pequeños cortes en su cara y cuello que eran acompañadas con una marca rojiza en el como si la hubieran estrangulado hasta morir. Cerre los ojos mientras pasaba de forma nerviosa mis manos por mi pelo castaño -parece que intentó deferlo- susurre -Lo intentó, es el qué mas golpes tiene- dijo el forense mirandome con una sonrisa.

-Creo que no sera muy bueno para tu desayuno que veas los cuerpos- volvió a decir el forense mientras caminaba hacia una mesa -además creó que deberías hablar con tu alma gemela ya que parece que...- no pudo terminar de hablar ya que la puerta fue abierta dejando ver a Albert algo tenso inconcientemente camine hacia él, pero me detuve al recordar que no estabamos solos parando en secó y dirigirme hacia los cuerpos mientras él se dirigía hacia la mesa del forense para recoger las carpetas -Redfield, vamos- ordeno mientras abría la puerta y lo seguía con un leve asentimiento de cabeza volviendo el mismo comedero de cabeza de que podríamos a ver sido nosotros, tan metido en mi mente iba que no me di cuenta que era guiado hasta un armario de la limpieza hasta que senti como las tablas se clavaban en mi espalda sacandome un gemido de dolor pero que fue silenciado por unos labios -mmmn....joder- dijo el rubio después de separarse dejándome con la boca entrecortada y jadeando -Creo que...- quito sus gafas de sol para mirarme -...nunca habia tenido tanto miedo de perder algo- continúe aún entrecortado recibiendo un asentimiento de su parte, sonrei cual idiota enamorado rodeando su cuello y volviendo a besarlo desesperadamente. Sus manos pasaron por mi cintura para pegarme mas a él haciendo que mordiera su labio para separarnos -Se que estas, bien y entré mis brazos pero ahi un cabron al que atrapar- sonrei mientras pegaba mi frente con la de él con una pequeña sonrisa
-Tienes razón- se separó un poco para ponerse las gafas de sol -Además hoy toca entrenamiento en el gimnasio- dijo antes de besarme por ultima ves y separarse -Asi que le recomiendo ir al gimnasio con los demas y empezar a calentar- abrio la puerta y salio no sin antes haber rosado sus dedos con los mios, ante eso solo pude suspirar y esperar unos minutos para salir y no levantar sospechas de haber estado los dos en el mismo lugar. Camine rumbo al lugar de trabajo para buscar la ropa de cambio que deje ayer allí en una bolsa -Bueno pues al gimnasio- dije cogiendo la bolsa y cruzandome con Barry para ir juntos allí.

Las palabras que no se venDonde viven las historias. Descúbrelo ahora