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El rostro del omega estaba pálido, no había rastro de las lindas mejillas rosadas o esos labios llenos de un carmín. El beta anotó en su expediente algunas cosas y miró con atención el vientre del rubio.

— Entonces desde ese día comenzaron los dolores. – Asintió con seguridad, hacía un poco de frío en el consultorio por lo que se encogió sobre la camilla en busca de un poquito de calor.

— ¿Por qué le duele? ¿Estoy haciendo algo mal, lo estoy lastimando? – El doctor evitó rodar los ojos, carraspeó sin dejar de mirar el vientre cubierto por la tela y por la mano del alfa sobre ella.

— Eso no puedo saberlo si no levanto su camisa.

— ¿Es necesario? – El omega frunció el ceño al ver la vena saliente en la frente del moreno, estaba nervioso y MinHo parecía no darse cuenta.

— Escucha MinHo, debo comprobar que no haya hematomas.

— Quiero al enfermero fuera. – Exigió tomando por sorpresa al castaño, el beta había tratado con alfas territoriales en otras consultas, incluso estuvo a casi nada de ser golpeado por uno así que sabía muy bien que no debía exaltarse por el tono amenazador del más alto.

— Hecho, sólo deja de gruñir... me pone nervioso. – Hizo una señal pidiéndole al hombre con cabellera larga y plateada que saliera y éste obedeció. El ambiente estaba un poco tenso y el doctor podía sentir el nerviosismo en la pareja, por lo que mantuvo una radiante sonrisa.

— Si en algún momento te sientes mal, debes decirnos.

— Alfa, sólo deja que haga su trabajo. – El rubio lo silenció con la mirada y Jinki lo tomó con aprobación para levantar la camisa y tocar con la yema de sus dedos la piel expuesta.

— Muy bien, a simple vista no hay lesiones... bueno, algunos rasguños, pero no creo que hayan sido a propósito. – El rubor en las mejillas de TaeMin confirmaron la suposición del beta, le quedaba claro que la pareja tenía muchísima actividad sexual.

— ¿Entonces qué tiene?

— Maldita sea, sólo cállate MinHo.

Jinki carcajeó bajito y se arrepintió al sentir la mirada acusadora del alfa sobre él. — Son pareja, tienen mucho sexo sin protección. MinHo, eres un lobo que no ha evolucionado por lo que eres un Mozzafiato... TaeMin, necesito que me hables de ti.

— ¿Sobre qué, exactamente?

— ¿Evolucionaste por completo? – Esa era una pregunta muy interesante, al menos para MinHo, pues el doctor comenzaba a estructurar las razones del dolor del menor. Tae jugó con sus dedos y pensó un poco sobre eso, porque no sabía la respuesta.

— Eso, bueno...

— Necesito saberlo ya que es evidente que MinHo no te ha marcado y eso puede ser peligroso, no sólo por el celo o el vínculo, sino también porque tu cuerpo se prepara para tener cachorros y no puede hacerlo ya que no tienes la fuerza suficiente para cargar los cachorros de un lobo Mozzafiato.

— Eso ya lo sabíamos. – La voz del más alto hizo que las manos del omega se hicieran puño, estaba nervioso y su pareja no cooperaba.

— MinHo, te juro que, si hablas una vez más, te voy a arrancar las putas bolas. – El castaño se estaba divirtiendo al verlos tener una pequeña discusión, conocía a MinHo desde hace un par de años, jamás lo había visto tan preocupado y con esa expresión tan adorable cuando TaeMin lo regañaba.

— ¿Duele todo el tiempo?

— No, sólo a veces. Cuando estoy con mi alfa el dolor disminuye.

— Disminuye, eso dice mucho. – Anotó algo sobre su cuaderno y el rubio tenía curiosidad de lo que había en esas hojas.

Midnight Sighs - 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora