13. Visiblemente invisible.

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% 𝐅𝐀𝐈𝐋𝐔𝐑𝐄 ‧₊˚☁ꉂʾ
#capítulo trece:
❝Visiblemente invisible❞

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⏤͟͟͞͞★cloud!

⠀⠀⠀Desde muy pequeña pensé que, si tuviera algún súper poder, querría poder hacerme invisible.
Muy típico para niños que habían sufrido bullying o que odiaban llamar la atención, lo sé. Pero sólo veía posibilidades ante aquella imposible fantasía. Desaparecer de la vista de la gente, huir de situaciones incómodas, escuchar de todo sin ser vista... No dejar rastro y aún así seguir viva.

Cuando crecí algo más, me di cuenta de que no hacía falta tener super poderes para ser invisible. Era tan fácil que no entendía cómo no lo había descubierto antes. Yo ya era invisible.

Incluso algunas otras personas se convertían en aire frente a mis ojos y no podía darme cuenta de que seguían allí. Seguían allí y nadie se percataba de ello. ¿No es horrible?
Aquello me hacía sentir tan mal que solía mantenerme callada, abrazándome a mi misma mientras mi pierna temblaba y mis ojos se movían hacía todas partes para buscar a gente como yo.

Verlos me hacía sentir menos patética o insulsa, no como los demás que seguían con sus vidas sin darse cuenta de que había personas invisibles a sus ojos.

En ese momento, yo me sentía como muchos más. No era visible para ninguna persona de aquella clase. No tenía compañero de mesa y estaba en segunda fila, al lado de la ventana. Todos me ignoraban y pensar que no era la única a la que le ocurría aquello no me hacía sentir mejor.

Ophelia estaba a una mesa de distancia de mí, hablando con otra chica animadamente. Ni siquiera se había dignado a mirarme cuando entró en la clase. Así que solo pude suspirar, desviando mi vista a la ventana.

—Como ya sabréis; hay cámaras en el edificio. Eso no significa que todo el día estemos viendo lo que hacéis. Solamente es un mecanismo de seguridad por sí ocurre algo grave y necesitemos pruebas —la profesora alzó las cejas hacia la clase y yo asentí conforme, aunque no me estuviese mirando.


Miré la hora en mi teléfono y suspiré exasperada. Solo llevaba quince minutos dentro, pero se sentía como una eternidad.

Y entonces pasó. La puerta del aula se abrió y todos dirigimos nuestras miradas a Jaden, quién entró con una mueca confusa hasta que me encontró a mí entre la gente.
Me vió. Decidió verme. Y de pronto todos me empezaron a notar y a murmurar cosas que yo no podía entender.

—¿Y tú eres? —preguntó la profesora aturdida, revisando la lista mientras se colocaba bien las gafas.

Él se acercó un poco más a la señora y dijo bajito su nombre, pero estaba segura de que la primera fila lo había escuchado perfectamente por su exagerada reacción.
¿Qué hacía aquí?

𝗙𝗔𝗜𝗟𝗨𝗥𝗘 | Jaden HosslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora