Dylan
Ese día tuvimos sexo un par de veces más, pero calmado y suave, como parecía gustarle a Matthew. Realmente no tenía idea de lo que estaba haciendo, era como si me empeñara en caminar sobre vidrio o hielo fino que en cualquier momento se rompería. ¿Qué estaba buscando? ¿Refugio? ¿Poder olvidar?
Sin embargo, durante esa tarde lo que menos hice fue pensar en mis razones o en las consecuencias que más adelante tendrían mis actos. Quizá deseaba fingir que podía tener algo real y normal. O tal vez lo único que deseaba era destruirme de la peor manera posible cuando la burbuja en la cual flotaba se rompiera.
Me engañaba a mí mismo con momentos efímeros de felicidad, porque en el fondo sabía que no tenía escapatoria.
Matthew parecía contento. Se me quedaba mirando por largo rato con una sonrisa en el rostro y yo fingía no darme cuenta, era más fácil así. Sus ojos de miel desencadenaban en mí dos cosas: calidez y culpa. Por supuesto, prefería la primera y por no perderla ignoraba la segunda. Sabía que era egoísta, pero realmente deseaba ser feliz y quien sabe, tal vez también pudiera hacerlo feliz a él, aunque fuera por poco tiempo.
En el descanso de las sesiones de besos y caricias nos dedicábamos a trabajar. Firmé todo lo que debía firmar y Matt le envió un correo a Timothy participándole la rescisión del contrato laboral que tenía conmigo. Me sentí tanto liberado como angustiado por el futuro, era la primera vez en mi vida que estaría sin él desde que murieron mis padres y eso me asustaba.
También llegué a un acuerdo con la productora de Heaven, la película que protagonizaría. El rodaje no era próximo, antes tenía que terminar mis obligaciones con El amante del príncipe, pero ahí estaba, era la mejor propuesta que había tenido hasta entonces. Si tenía que ser objetivo y dejar de lado todos mis miedos, debía aceptar que las cosas se perfilaban muy bien para mí: había logrado alejarme de Timothy y su círculo del mal, tenía varias propuestas de trabajo tanto en un futuro próximo como lejano y por añadidura había conseguido a alguien que parecía quererme de una manera sincera.
Sí, todo iba bien y, sin embargo...
Volví a sentir sobre mí aquellas manos aferrándome con fuerza, también las voces que cantaban y el color rojo apoderándose de todo. En el sueño quería gritar, quería escapar igual que sucedió aquel día. Deseaba que Timothy me rescatara de todo el horror que entrañaba esa sala secreta, pero él simplemente estaba allí junto al resto, mirándome. Sin embargo, a diferencia de ellos, él me conocía; yo era su única familia; él había jurado muchas veces amarme; tenía que saber cómo me sentía, tenía que saber que me estaba destruyendo.
Desperté con la garganta ardiendo como si hubiera gritado toda la noche, tenía el rostro húmedo debido a las lágrimas y el corazón con los latidos desbocados.
—Flaco. —Matt se inclinó sobre mí y acarició mi cabello—, fue solo una pesadilla, tranquilo. Ya pasó.
Me costó darme cuenta de que así era, de que todo había sido un sueño. Tardé en reconocer dónde estaba y a quien tenía a mi lado. Al final me incorporé y lo abracé con fuerza, hundí el rostro en su hombro y algunas lágrimas más brotaron mientras recuperaba el ritmo de mi respiración y de mis latidos.
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Gritos en el silencio
Mystery / ThrillerDylan Ford es un famoso actor que quiere darle un rumbo diferente a su vida. Por azares del destino, conoce a Matthew Preston, un abogado recién graduado a quien ve como su última oportunidad, involucrándolo en la tormentosa vida que lleva. Sin sabe...