Matthew
El día había ido maravilloso, la estrategia de marketing que ideó mi hermano Marc para hacerle frente al boicot que le hacían a Dylan rendía frutos, inundamos las redes con tuits, reels, edits y post sobre Dylan y sus trabajos.
Al final de la tarde, Nils me envió una propuesta para una campaña de Versace, sonreí pensando en lo feliz que se pondría Dylan. Los trámites de la compra de la casa iban viento en popa, él cada vez estaba más animado, gracias al tratamiento de la doctora Stone y yo no podía tener más esperanzas en nuestro futuro juntos. Estaba seguro de que saldríamos adelante.
La noticia de que participaría en una nueva campaña de modas sería la guinda del pastel.
Pasé por presidencia y me despedí de mi padre y de mi hermano, bajé hasta el estacionamiento y subí a mi auto. Antes de encender el motor revisé los mensajes, no tenía ninguno reciente de Dylan. Él había tomado por costumbre escribirme varias veces al día y siempre enviaba alguna notita al final de la tarde, cuando se acercaba mi vuelta a casa. Pensé que el hecho de que no lo hiciera se debía a que tal vez estaba dormido a causa de las pastillas.
Paré dos cuadras antes de llegar a casa, en la tienda en la que solía comprarle flores. Quería darle la noticia de lo bien que iban las cosas con un gran ramo de tulipanes rojos y preparando una deliciosa cena. Después nos acurrucaríamos frente al televisor y disfrutaríamos alguna película. O quizás la suerte se pusiera de mi parte y en lugar de ver televisión acabáramos en una sesión de sexo ardiente. No habíamos tenido mucha intimidad en los últimos días, principalmente debido a que la líbido de Dylan estaba baja debido a los medicamentos, así que pensar en esa posibilidad me emocionaba.
Introduje la llave en la cerradura y, como siempre, la primera en recibirme fue Princesa, que meneaba la cola frente a mí. Atravesé el vestíbulo hacia el salón con el gran ramo de flores en la mano y lo que vi me heló la sangre. Quise creer que había entrado en otra dimensión, que de algún modo me había dormido y lo que veía era solo una pesadilla.
Dylan, desnudo de la cintura para arriba, estaba acostado en mi sofá y en igual condición estaba Timothy sobre él.
Era cierto, mis sospechas se confirmaban de la peor manera, Dylan y Timothy no compartían solo afecto fraternal. Y lo terrible no era lo que había pasado entre ellos, sino lo que seguía sucediendo, porque ellos continuaban viéndose.
Cerré los ojos, apreté los dientes y me sentí infinitamente ridículo en el medio de mi propia sala con un ramo de tulipanes rojos, «símbolo del amor perfecto y apasionado», mientras la persona que era mi pareja hacía el amor con su viejo amante.
—¡Matt, Matt, déjame explicarte!
Dylan se levantó y a toda prisa se colocó la camiseta. La entrepierna abultada, perfectamente visible a través de su pantalón deportivo, era toda la explicación que necesitaba de lo que sucedía entre ellos.
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Gritos en el silencio
Mistério / SuspenseDylan Ford es un famoso actor que quiere darle un rumbo diferente a su vida. Por azares del destino, conoce a Matthew Preston, un abogado recién graduado a quien ve como su última oportunidad, involucrándolo en la tormentosa vida que lleva. Sin sabe...