01.

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EL JUEGO.

Muchas cosas cambian después de la preparatoria. Los estudiantes de altas calificaciones se convierten en los tontos, los nerds tímidos de repente se casan y tienen hijos, los tipos que juraron iban a unirse a la NFL terminan uniéndose a la Marina. Las personas toman todo tipo de decisiones extrañas una vez que llegan a la edad adulta, como Min Yoongi, por ejemplo, decidió comenzar a invitar a los fenómenos a sus fiestas.

Fue a finales de octubre, fin de semana de Halloween para ser exactos.
La noche era fría, una brisa helada levantaba ráfagas de hojas doradas por las tranquilas calles suburbanas.

El vecindario de Yoongi estaba cerrado, lo que requeria registrarnos en la puerta de entrada antes de que pudiéramos conducir nuestro automóvil. El guardia había dejado una lista de invitados, y la revisó meticulosamente mientras le mostraba mi identificación.

-Park Jimin, ¿eh? -Dijo, dando golpecitos repetidamente con su bolígrafo en su tablero. Le dediqué una sonrisa tensa e impaciente, y miré hacia atrás a la fila de autos que había comenzado a formarse detrás de nosotros.

Yoongi era conocido por sus fiestas masivas: decenas, si no cientos, de invitados llenaban la enorme casa, la piscina y el amplio patio trasero de sus padres. Eso era algo que no había cambiado después de la preparatoria: ninguno de nosotros había dejado de salir de fiesta.

-¿Y usted es...? -. el guardia miró más allá de mí al pasajero de mi lado izquierdo, mi mejor amigo desde el primer año.

-Kim Taehyung-. dijo, mirando su teléfono mientras escribía.

-¿Usted, como... necesita mi identificación o algo?

-No, no, está bien. Entonces, ¿se dirigen a una fiesta de halloween? -. Podía sentir los ojos del guardia posándose en mi cuerpo, al menos lo que podía ver de él a través de la ventana.

Tanto Tae como yo nos habíamos disfrazado de ángeles, ángeles cachondos y sexys. Mi top blanco transparente habría mostrado mis piercings en los pezones si no fuera por los cubre pezones que me había puesto debajo, y si me doblara con mi falda corta de satén, la gente definitivamente vería mi tanga.

Nuestras alas de ángel eran pequeñas, hechas de plumas blancas, recortadas en la parte posterior de nuestros sujetadores.
Me estaba cansando mucho de que este viejo pervertido intentara hacer una pequeña charla. No tenía ninguna duda de que ya había visto nuestros nombres en la lista y solo estaba tratando de que tuviéramos una conversación con él. Miré hacia atrás con impaciencia cuando otro coche se detuvo en la fila. La camioneta justo detrás de nosotras temblaba y retumbaba, un infierno absoluto para mis oídos. Algo sobre la bestia vieja y fea resultaba familiar...
Luego vi al tipo conduciendo e inmediatamente recordé dónde había visto el camión antes.

-¡El maldito Jeon está detrás de nosotros!-. Solté, tan pronto como el guardia finalmente nos hizo pasar.

Taehyung inmediatamente levantó la vista de su teléfono, se giró y se esforzó en su asiento para mirar dentro de la camioneta cuando la dejamos atrás en el portón.

-Tienes que estar bromeando -dijo-. ¿Estás seguro? No puedo ver nada con esos faros.

-Lo vi. Y esa es su misma vicia camioneta de mierda.

-Tú no... no crees-. Tae se reclinó en su asiento, dándome una
mirada seria-. No crees que Yoongi lo invitó, ¿verdad?

-¡Oh Dios!, diablos, no-. Hice una mueca de disgusto-. Yoongi no invitaría a ese bicho raro. No después de lo qué pasó.

-Recuerda, Yoongi ha estado en todo eso de "aceptación para todos" desde que tomó esa clase de Filosofia-. dijo Taehyung en forma de advertencia-. Y no es como que Jeon viva aquí. ¿Por qué más estaría en este vecindario?

𝑨𝒕𝒓𝒆́𝒗𝒆𝒕𝒆. ©  [CASTIGANDO A MI ANGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora