¿QUE SOMOS?
—¿Minie?
¿Seguía acá? Mi concentración era nula, no podía formular palabra. Jeon con su mirada gélida me tenía congelado, petrificado en algún lugar remoto. Su pequeña comisura elevándose me desconecto de todo a mi alrededor. Era aterrador el no poder apartar la mirada.
—¿Te sientes bien?
No. Por supuesto que si, tenía frente a mi al perdedor de Jeon y no sabía que era más aterrador, si mis ganas de arrodillarme ó suplicar por ser castigado. Estuve a segundos de responder, pero su mirada me escaneo una vez mas ladeando su cabeza de forma desaprobadora meneando suave la cabeza al tiempo que negaba marchándose por el mismo sitio donde mis necesidades fluían.
—¿A donde va?-. Dije poniéndome de pie, dirigí mi mirada a Yoongi quien tenía una sonrisa de satisfacción.
—Probablemente por ahí... ¿vienes?
Contuve la respiración, estaba a un paso de echarme a correr. ¿En que diablos me estaba convirtiendo? habíamos quedado para el fin de semana pero eso nunca pasó. Jeon era como un caracol, se escondía como volviendo a su contenedor.
—Bueno—Dije intentado ocultar un sin fin de molestias.
—Minie habíamos quedado—. Jiwoo seguía es la misma posición, con cara de pocos amigos.
—Otro día. — Respondí apresurando mis pasos. Por alguna razón esta era mi segunda vez que hacía las cosas sin rechinar.
Caminamos por la acera, Yoongi no quiso decir más por tanto que insistirá. ¿A donde diablos me estaba llevando? Había abandonado la universidad por ir detrás de un rarito, un rarito como Jeon. No podía estar más desquiciado que hoy. Cuando nos detuvimos en una callejón, muy al fondo habían luces, fruncí el ceño sin entender. Quería verlo pero tan poco arriesgarme, no me arrastraría ante el. Ya lo hiciste.
—Ve-. Dijo señalando el lugar con la cabeza— Te está esperando.
La emoción por mi torrente sanguíneo fluyo con rapidez. Ni siquiera pregunté el porque, mis pasos ya estaban adentrándose al lugar. Apenas y podía ver correctamente, pero se veía todo pulcro, personas paradas en fila, mujeres y hombres con la cabeza gacha? Y con un puto arnés en el cuello? Seguí mi mirada al inicio de las correas y todas tenían un número. ¿Que jodidos lugar era este? Mi muy subconsciente alterado me pedía correr, huir del lugar, ponerme a salvo, y mi bichito anhelante me exigía seguir el camino y conocer más sobre su mundo.
—Hola—.Un hombre con el cabello rubio y su torso desnudo me impidió seguir mi camino—. ¿Buscas diversión?
Di un paso hacia atrás para abarcar su rostro, el rubio era casi lindo. Lo repasé con la mirada y sus pantalones de chandal hacían que su enorme erección se reflejará.
—¿Te gusta? — burló restregándose la erección.
Pase saliva al mismo tiempo que apartaba la mirada. Estar cachondo la veinticuatro horas del día me jodia el cerebro. Mis manos sudaron, me removí intranquilo arreglándome el cabello, no podía afectarme este desconocido.
—¿Te gusta Minie?—Un susurro tras de mi, me dejó paralizado. Aturdido intente dar media vuelta pero sus manos se clavaron en mis caderas—. ¿Te gusta angelito?
—No—Respondí a duras penas, no podía estar en medio de dos lobos acechando a su presa. Hice mis manos puños a los lados. Tome una respiración profunda trantando de calmar a mi acelerado pulso.
Algo se retorció dentro de mí, algo aterrador e inesperado.
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𝑨𝒕𝒓𝒆́𝒗𝒆𝒕𝒆. © [CASTIGANDO A MI ANGEL]
RandomPark Jimin no es un chico agradable. Alabado por todos como el único "rey" de la escuela, despreciando a aquellos que considera indignos. ¿El más indigno de todos? El "monstruo", Jeon Jungkook: Su víctima favorita. Todo cambia después de la escu...