Capítulo - IV

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En el capitulo anterior. 

Amanecería en cualquier momento por lo que voló nuevamente hacia el palacio, allí se encontraba Christopher sentado sobre el pasto leyendo un libro mientras el descendía aprovechando de mostrar su grandeza como dragón aunque no causo ningún efecto en el mayor, sospechaba que Chan debía también ser un dragón asombroso, luego cambio de forma, fue allí que el capitán de la guardia si le regalo una mirada, pero esta vez desaprobatoria.

— ¿Por qué el ceño fruncido?

—Está desnudo, mi lord. 

—No sé dónde deje mi ropa, de todas formas aun no amanece — se encogió de hombros

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—No sé dónde deje mi ropa, de todas formas aun no amanece — se encogió de hombros. — Nadie me vera e iré directamente a mi cuarto, gracias por custodiar mi salida, capitán bang.

—No me lo agradezca a mí, fue gracias al príncipe.

—Me encargare de darle mis más sinceros agradecimientos — así mismo atravesó todo el jardín en completa desnudes entrando luego al palacio subiendo las escaleras con tranquilidad mientras todo allí comenzaba a iluminarse con la llegada paulatina del sol amaneciendo. Fue entonces que visualizo al príncipe saliendo de su cuarto — muy buenos días alteza.

— ¡Santo dios! — Fue su genuina reacción cuando vio al azabache caminar desnudo por el pasillo, desviando la mirada a cualquier cuadro allí en el pasillo — ¿Acaso usted no conoce la decencia lord Hwang?

—El cuerpo es una perfecta creación que la gente se empeña en cubrir cada vez con más tela, yo opino que es una lástima — escaneo al príncipe de pies a cabeza — Soy testigo de cuan hermoso es su cuerpo mi príncipe, tuve la fortuna de casi verlo sin prenda alguna.

—Porque pensé que estaba completamente solo, de saber que había un dragón al acecho jamás lo hubiera hecho — sus castaños ojos miraban furiosos al azabache. — Usted es el ser más promiscuo que conozco.

— ¿Qué debo hacer para que mi mire como a los demás? — Radicalmente cambio de tema — ¿Tendré la oportunidad de tratar alguna vez con el príncipe y no con la fiera?

—Compórtese y con gusto le daré el mismo trato que a los demás — su ceño fruncido, sus labios levemente abultados, su cabello rubio cayendo sobre sus ojos enmarcando sus preciosas pecas tenia a Hyunjin al borde de la locura, lo deseaba tan mal, tan sucio e incorrecto — ¿Por qué me mira de esa manera?

—Créame... no quiere saberlo — susurro en su oído — De todos modos, ¿Dónde se dirige tan temprano?

—Actividades recreacionales personales.

— ¿Todo es un baile con usted? Goza de darle vueltas y vueltas a cada asunto, sea especifico y directo mi príncipe — continuaba conversando como si no estuviera desnudo entre los pasillos del palacio.

—Iré a cabalgar, luego a practicar algo de esgrima para finalmente acompañar a mi madre a misa antes del almuerzo, ¿contento?

—Amo cabalgar — su emoción fue genuina, tal vez la primera emoción genuina que Felix había visto en el descarado azabache desde que había llegado al palacio — ¿Podría acompañarlo?

Reino de Garras y Sangre. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora