𝗙𝗜𝗡𝗔𝗟𝗜𝗭𝗔𝗗𝗢 | ✧ 𝐒𝐈 𝐘𝐎 𝐍𝐎 𝐏𝐔𝐄𝐃𝐎
𝐓𝐄𝐍𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄 𝐌𝐀́𝐒 𝐃𝐄𝐁𝐄𝐑𝐈́𝐀 .
" Minho ha estado engañando
a Jisung con Felix, y Han no
descansará hasta que ambos
reciban su cruel merecido. "
[ min + su...
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Mediodía del Jueves 15 de Febrero
El silencio reinaba en ese poco vital pasillo de hospital, los sollozos hacían eco en las blancas paredes y el grupo de médicos y enfermeras les miraron con tristeza cuando la noticia fué dada.
Habían pasado apenas un par de horas, cada segundo se sintió eterno sentados en las frías bancas metálicas del pasillo. Con el único sonido de sollozos silenciosos y el televisor de la esquina del pasillo en bajo volumen dando las noticias.
La esperanza adornaba sus rostros, pero al ver el semblante decepcionado del personal de medicina todo se fué abajo.
—¿Alguno de ustedes padece de presión alta o baja? ¿Algún transtorno de la ansiedad o de la personalidad? —preguntó una de las enfermeras.
Todos negaron, y el médico titular hizo un ademán para comenzar a hablar.
—Hicimos todo lo posible para lograr detectar y reparar los daños. El joven perdió totalmente la audición por consecuencia del estrangulamiento y suponemos que al perder el conocimiento sufrió una caída que generó un trauma en su cráneo, haciendo una hemorragia interna y dejándole en muerte cerebral.
Sólo los suspiros y las crecientes lágrimas de los presentes eran perceptibles, siendo vistos a lo lejos por demás personas, compadeciéndose de ellos ante la noticia que estaban recibiendo.
—El resto de su cuerpo seguirá funcionando por un tiempo ya que está conectado a un respirador. Como profesionales hicimos lo que estuviera en nuestras manos, pero desafortunadamente no estuvo a nuestro alcance. Lamentamos que no hayan habido esperanzas. —informó el médico con voz suave.
El corazón de Lee se cayó hasta su estómago y empezó a marearse, reteniendo el aire en sus pulmones.
—¡MINHO! —gritó Seungmin al ver cómo el mayor caía al piso.
Minho se desmoronó apoyado de espaldas una pared cayendo fuertemente, tapando su boca con su mano y llorando. Las cuencas de sus ojos empezaban a oscurecerse y su piel se puso pálida.
Fué incapaz de discernir las últimas palabras siguientes que el doctor dijo al caer en el estado de negación.
—¡NO! ¡ES UNA MALDITA MENTIRA! ¡FELIX NO ESTÁ MUERTO! —vociferaba Minho escondiendo su rostro entre sus manos.
Felix tenía una larga vida por delante, era joven e imposible que esta se acabase de esta forma.
—¡CÁLLENSE! ¡NO, NO, NO! —gritaba con voz rasposa.
Pasó exactamente lo que tanto quiso evitar, que Jisung le hiciera daño a la persona que amaba. Pero jamás creyó que este fuera capaz de matarlo tan descaradamente.
El mismo Jisung confesó varias veces estar arrepentido de todas las cosas que hacía, cuando un extraño impulso y personalidad egocéntrica y manipuladora se apoderaba de su cuerpo. Alegando que no eran sus intenciones y simplemente aparecía de la nada, que no era su culpa.
